sábado, enero 31, 2009

Vasallos del Sol, dos Miradas de la Música Tradicional

Su séptimo trabajo discográfico celebra los primeros 18 años de la famosa agrupación venezolana quien edita de la mano de Fundación Bigott: Dos Miradas su más reciente CD disponible desde ya en las discotiendas




Vasallos del Sol, la famosa agrupación nacida hace 18 años en los Talleres de Cultura Popular de la Fundación Bigott, tienen mucho qué celebrar este año y lo hacen en grande: arribaron a la mayoría de edad con más sabor y más música, un nuevo disco y muchas ganas de compartir con el público venezolano.

En 1990 los Talleres de Cultura Popular de Fundación Bigott funcionaban en Plaza Venezuela, allí entre una clase de cuatro, algún ritmo de tambor y la ejecución de la suite del Tamunangue nació Vasallos del Sol, grupo de proyección de música y danza que congregaba a integrantes de todas las edades y provenientes de diversas partes del país.

Diez y ocho años más tarde, Vasallos se transformaría en una de las agrupaciones que mayor prestigio cultivaría en el campo de la cultura popular venezolana, innumerables premios, giras internacionales que incluyen escenarios como Corea y Japón y siete producciones discográficas es el fruto que hoy recogen.



Dos miradas

“Dos miradas: una hacia los ancestros, hacia la tradición, hacia lo que nosenseñaron los viejos maestros y cultores, hacia las cosas como eran; y otra haciael futuro, hacia el pensamiento superestructurado de quienes vivimos en las urbes,con mil músicas y tecnologías influyéndonos…”

Para Vasallos del Sol una nueva producción discográfica tenía que mirar hacia el lugar en el que nacen las tradiciones. Es por ello que Jesús Rondón como director musical y Omar Orozco en la dirección artística, profundizaron sus investigaciones en poblados y caseríos campesinos o urbanos en los que habitan los propietarios intelectuales del proceso de creación musical.
Además del trabajo en estas comunidades, Dos miradas hace referencia a la conjunción de música y danza que desde el escenario plantea Vasallos del Sol; también a la dinámica del encuentro entre músicos veteranos con integrantes que van saliendo de las aulas de los talleres de cultura popular que hoy funcionan en el Centro Histórico de Petare.
La parranda Está lloviendo en Caracas premiada como mejor composición por las autoridades municipales, abre este calidoscopio de tradiciones que se complementa con este mismo ritmo en Brisa fugaz. Continúan dos calipsos antillanos Boy Days (Ugly Animal) y Mama look a boo boo.
Los golpes de tambor tan característicos de la agrupación están presentes con la diversidad que los distingue. Desde Tonadas de tambor mina tocados casi como el pueblo que los vio nacer, pasan al tambor de la Vela de Coro con un Homenaje a Olga Camacho la cultora falconiana que los interpreta. Se escuchan unos rumores, Galavís y A la media noche dan de dónde escoger. El sangueo está presente con En una barca marina.
La influencia hispana se descubre en Jota a tu ausencia, el Ave María del Rosario cantado, tradición del estado Lara y la Sabana blanca con estribillo le da presencia al Oriente venezolano. Agua de tu río una gaita de tambora del Sur del Lago de Maracaibo y Canto de Paradura del Niño Jesús le dan la bienvenida a la Navidad. Varias de estas piezas no habían sido grabadas anteriormente por ningún intérprete.
En el escenario, la danza de Vasallos del Sol hará hincapié en lo colectivo y en los géneros e instrumentos que han perdido su espacio, las coreografías trabajarán en función de rescatar ese protagonismo.


¿Dónde suena Vasallos del Sol?
Esta agrupación profesionaliza el aprendizaje de las tradiciones con el trabajo docente que hoy desarrollan a través de la Cátedra Vasallos del Sol en los talleres de Fundación Bigott, sintonizando la formación pedagógica con la preservación de la identidad local. Una experiencia adicional se está dando en el pueblo de Mendoza en Barlovento, lugar que visitan con frecuencia para empoderar a sus habitantes en la riqueza de sus ritmos.

Más sobre Vasallos del Sol
Danza
Omar Orozco, Director artístico
Nahití Ortega, vestuario
Grace Salamanca
Nicolás Brito
Carlos Luis González
Antonio Laya
José Morales
Marialejandra Orozco
Marisabel Pérez Ronald Rodríguez
Rossmary Rondón
Dervy Palacios
Amelia Arjona
Johan Suescun
Rita Vaamonde

Música
Jesús Rondón, Director musical
Hugo Ballesteros
Antonio Clemente
Jorge Villarroel
Cesar Gómez
Lorena Liendo
Betsayda Machado
Jesús Paiva
Ángel Palacios
Juan Carlos Rico
Patricia Martínez Ramírez

Discografía
Vasallos del Sol, Prenda, Cantos de Sirena, Tibio Calor, Árbol Sagrado y 15 años.


martes, enero 27, 2009

Alexis Rago, falleció el "venezolanista" del piano

Ganó seis premios de composición y pasó sus últimos 40 años fuera del país,
No creía en la inspiración sino en el trabajo cotidiano. Sus interpretaciones y composiciones ­muchas de ellas estrenadas en el extranjero­ emanaban el profundo amor que sentía por Venezuela. De ese sentir estaban cargadas sus obras sinfónicas y sus piezas para piano y para trío, entre otras. Desde Londres plasmó al venezolano en el pentagrama.






El compositor venezolano Alexis Rago (Caracas, 1930) falleció en Mónaco el pasado 6 de enero, a las 7:30 p.m. Rago padecía la enfermedad de Parkinson, que lo fue consumiendo durante varios años, informó el guitarrista y también compositor Alfonso Montes.

"Sin embargo -agrega-, Rago no dejó de componer y tan sólo hasta hace unas semanas estuvo escribiendo y ordenando ideas para nuevos proyectos musicales. Deja un legado inmenso de obras musicales, entre ellas una prolífica obra para guitarra".

Montes añadió que el próximo 14 de febrero se celebrará la Rago Competition (en honor al maestro ahora fallecido), "un concurso para guitarristas jóvenes con los auspicios de la Alcaldía de Stuttgart (Alemania), la Escuela de Música de esa ciudad, D'Addario Foundation, la editorial Chanterelle Verlag, el luthier Vicente Carrillo (Valencia-España), entre otros".

Rago se formó en Europa, y entre sus obras figura la ópera Miranda y el poema sinfónico Auyantepuy, que le valió su primer Premio Nacional de Composición en 1963



Su Historia

Escribió óperas como Florián, que remontó a los espectadores a un puerto de la Península de Paria en el año 1800. "Nunca me ha tentado componer algo sobre un soneto de Shakespeare. Sé que cualquier inglés podría hacerlo mucho mejor que yo. En cambio, ninguno de ellos podría afrontar con éxito esta clase de argumentos", declaró en 1977 el pianista y compositor Alexis Rago. Familiares, amigos, músicos y artistas lamentan su partida.

En vida, el pianista recibió elogios de críticos como Alan Faiers: "Rago es el maestro del semi-tono; domina el arte de girar la tonalidad apenas un semi-tono con efecto misterioso. A través del uso sutil de este efecto en momentos clave de su composición, logra sus momentos mágicos".

En 1973 recibió el Premio Nacional de Música Juan Bautista Plaza por la obra Casiquiare. Al año siguiente, con la pieza que escribió a partir del poema "El pájaro" de Alí Lameda Rago, ganó el premio Nacional de Música José Ángel Montero.

También fue galardonado con el Premio Nacional de Música Juan Bautista Plaza por Tres instantes para orquesta y Sincronismos audio-sonorítmicos. Sus creaciones no sólo fueron reconocidas en Venezuela. En 1962 le otorgaron en Roma el Premio Internacional Fondazione Giovanni Sgambati. En 1966 y 1967 obtuvo el Premio Internacional del Festival de Música de Brent, de Londres, y en 1971 conquistó el Premio Internacional Sociedad Franz Liszt de Bologna.

Rago fue un maestro al conjugar versos con melodías. No sólo compuso música con textos de autores como Paz Castillo, Fombona Pachano, Luis Pastori, Alí Lameda y Vicente Gerbasi: también escribió para la Orquesta Nacional Juvenil una obra inspirada en poemas de Miguel Otero Silva, un gesto hacia otro venezolanista como él.


viernes, enero 23, 2009

Ovaciones con fervor a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en una gira sin precedentes


Todo en Domingo ofrece un testimonio gráfico inédito de la gira por Asia de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, mientras Eloísa Maturén, esposa de Gustavo Dudamel, narra los entretelones del exitoso periplo.
El pasado diciembre, la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar emprendió una gira de 15 días por China, Japón y Corea. Allí, las audiencias asiáticas replicaron el fenómeno ya vivido en Occidente y ovacionaron a los venezolanos con total fervor.


Los detalles de este viaje a través del testimonio intimista de Eloísa Maturén (elomat@hotmail.com ) y las imágenes inéditas de Luis Cobelo (luiscobelo@gmail.com )


En abril, la Orquesta tendrá su residencia en el Royal Festival Hall de Londres, visita que incluye dos conciertos y actividades educativas.Las entradas se encuentran agotadas desde hace seis meses




La conquista de Asia: Entretelones de una gira sin precedentes

Hace 17 años, un ensamble de músicos venezolanos, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, visitó por primera vez Japón abriendo un camino que ponía a Venezuela en el mapa de la interpretación musical académica. El pasado diciembre fue el turno de sus alumnos, los miembros de la Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar que por primera vez se embarcaron a la conquista de Asia.

Luego de arrancar ovaciones en los escenarios más exigentes de la música clásica occidental, la brújula apuntó hacia un nuevo destino, esta vez un poco más al este.

La gira de dos semanas permitió a esta agrupación junto a su director, el maestro Gustavo Dudamel, dejar una huella imborrable en las audiencias de Pekín, Seúl, Tokio e Hiroshima.

Esta ocasión escribió también las páginas iniciales de la historia del director Gustavo Dudamel en el lejano Oriente. Para nadie es un secreto que Dudamel, en el curso de los últimos cuatro años, ha dirigido las orquestas más prestigiosas de Europa y América. Además, tiene sobre sus hombros la responsabilidad de ser considerado el director de orquesta más exitoso de su generación, no sólo porque su nombre está asociado a estos templos de la música clásica, sino por la marea que ha generado en las audiencias que generalmente acuden a los conciertos. Dudamel ha logrado que los jóvenes muestren entusiasmo ante Beethoven o Mahler. Se abre así una brecha que podría cambiar el panorama de lo que hasta ahora era usual en una sala de conciertos: demostrar que los acordes de Tchaikovsky y Ravel pueden ser tan atractivos como Aerosmith y Coldplay.



Estación: China.


Con todas las expectativas, las maletas llenas de anhelos y chaquetas tricolores, la orquesta comenzó su gira visitando China. Para los muchachos, esta primera parada fue una experiencia cultural reveladora ya que tuvieron la oportunidad de conocer varios de los sitios más emblemáticos de Pekín. Así, La Gran Muralla, la Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo y el Mercado de la Seda se llenaron de risas y entusiasmo venezolano. Ni siquiera el frío feroz pudo impedir que aquella muralla construida hace más de 2.000 años se mostrara en todo su esplendor.

Con estos jóvenes músicos, hasta el más cotidiano de los eventos puede convertirse en todo un reto.

Es una empresa titánica trasladar a más de 200 personas en seis autobuses de un lado al otro y lograr que nadie se pierda en el camino. Y ante las predicciones de bajas temperaturas, el día antes de la visita a la Gran Muralla, los coordinadores del grupo debieron salir a comprar gorros y ropa interior térmica, para garantizar que nadie saliera sin el abrigo adecuado. Había que verlos llegar a una tienda y pedir al dependiente 240 gorros de esos azules y otros 240 pares de guantes. Por suerte, en China están acostumbrados a que todo es al mayor.

Otra de las particularidades de este viaje fue el impacto del jet lag masivo. Más de uno se dejaba vencer por el sueño a las cinco de la tarde, para descubrir con horror que a las tres de la mañana su cuerpo estaba listo para enfrentar el nuevo día. Salir del hotel no era una opción, porque entre el frío y la dificultad de comunicarse en inglés hasta el más osado desistía de la iniciativa. Aprovechar la energía para ensayar tampoco servía, había que ser considerado con aquellos afortunados que para ese momento sí conciliaban el sueño. Pero había una luz al final del túnel, una que, para asombro de los asiduos, fue la opción escogida por más de uno: el gimnasio.




Durante los primeros días, las instalaciones deportivas del hotel, de dimensiones considerables, se vieron colmadas a las cuatro de la mañana por músicos venezolanos insomnes. Hasta había que pedir el turno para usar las caminadoras o la elíptica. Cuando se les preguntaba si ese entusiasmo por el ejercicio era usual entre ellos, lo único que se obtenía a cambio eran carcajadas. Incluso se comentó que si se hacen estos viajes más a menudo se lograría una orquesta de puros atletas. Hacia el final de la gira, fueron pocos los que mantuvieron el ímpetu inicial de trotar.

El otro pasatiempo para los madrugadores negados a sudar, era instalarse cómodamente en el lobby del hotel. Un espacio agradable y con grandes asientos, perfecto para tomar un buen té verde y conversar. Aunque en este caso la verdadera motivación venía dada por la conjunción de las siguientes tres palabras: Internet / Wi-fi/ Gratis. Cuando la Orquesta no estaba ensayando, durmiendo o en alguna visita por la ciudad, el lobby se colmaba de ávidos internautas desesperados por colgar en Facebook las últimas fotos o conectarse a Skype para conversar con la familia.


Gracias a su juventud, pocos de estos muchachos recuerdan lo que era un buscapersonas o un fax. Para ellos, utilizar el servicio de mensajería Blackberry es lo más natural y obvio del mundo.

Incluso se ha convertido en la herramienta por excelencia para estar en contacto con los propios compañeros de la Orquesta. La forma ideal de organizar un encuentro o comentar alguna información importante, está a la vuelta de un mensaje de texto. Claro que las verdaderas dificultades se presentaron en Japón, donde la plataforma de telefonía celular es de tercera generación, lo que hizo que la mayoría de sus celulares se tomaran un merecido descanso.




Allí los chicos debieron ponerse en contacto con viejas tradiciones y recurrir a los clásicos teléfonos públicos.

Aparte de la cámara de fotos, infinitamente necesaria para documentar lo que acontece en cada punto de la gira, el otro objeto indispensable es el PSP, una consola de juegos portátil que resulta perfecta para los tiempos de espera, ya sea en aviones, aeropuertos o autobuses. Este aparato posee un sistema de red inalámbrica que permite interconectar varios equipos a la vez. Por eso, no era raro ver en el avión a un grupo de cuatro chicos que, concentrados en sus aparatos, disputaban torneos de tenis o fútbol que son los juegos más populares por sus cualidades colectivas.

Para pasar el tiempo algunos decidían también leer, escuchar música o incluso más de uno decidió sacar el juego de mesa, garantizando así el entretenimiento de hasta ocho compañeros. Los vuelos cortos eran la ocasión perfecta para juegos como el clásico Stop o el juego de cartas Uno. Como la gira coincidió con la época decembrina, un grupo de la Orquesta incluso se animó a organizar un intercambio de regalos.

Lo más divertido eran los regalos diarios: alguien recibió unas patas de gallina en conserva adquiridas en algún mercado chino o una pequeña tijera, manera sutil de sugerir un corte de cabello.




Rumbo a Japón.


Uno de los momentos más esperados por todos en cada ciudad era la reacción del público. Rumores iban y venían con respecto a la frialdad o la poca experiencia de las audiencias. En Japón y Corea existe una tradición de música clásica occidental importante, pero en China es un fenómeno relativamente reciente que ha tenido un gran auge en los últimos tiempos gracias al estrellato internacional alcanzado por uno de sus artistas más emblemáticos, el pianista Lang-Lang, protegido de Daniel Barenboim e icono para esta nueva generación de chinos que han encontrado en las notas de Beethoven y Chopin una nueva forma de expresión.

Una vez más se pudo confirmar lo que durante los últimos cuatro años ha llenado de orgullo a todo el país. No hay audiencia en el mundo, por conservadora que sea, que se haya quedado inerte ante el huracán musical de estos venezolanos. Ese público que asiste a estos conciertos, tal vez un poco incrédulo, ve transformada su curiosidad en certeza y pasa de la apatía a la euforia en menos de dos horas. La gira por Asia fue la demostración perfecta de este fenómeno, en especial la audiencia japonesa, catalogada como templada y poco expresiva, al final de cada concierto, sin lograr contener la emoción, agradecía a la Orquesta con ovaciones de hasta 20 minutos. Se puede decir que, en efecto, esta es una experiencia transformadora que permanece en la memoria.

Fue realmente increíble ver a esta diversidad de público moverse al ritmo del "Mambo" de Leonard Bernstein, que tradicionalmente este ensamble interpreta como bis, ataviados con la chaqueta tricolor. Pero más asombroso aún fue ver la euforia colectiva que se desencadenó en el momento en que, al finalizar el concierto, los jóvenes se desprenden de sus chaquetas y las arrojan al público como obsequio. Marejadas de personas se aproximaban al escenario con la ilusión de llevarse el tricolor venezolano a casa. En uno de los conciertos en Tokio, sentada a mi lado, se encontraba una joven japonesa que aplaudió tímidamente y estuvo siempre muy recatada. En el momento en que comenzó el ritual de las chaquetas, se apoderó de ella una vitalidad sin precedentes y sin ningún pudor saltó sobre mí y unas cuantas personas más para poder asirse a una de las prendas. Luego volvió a su asiento y con una sonrisa que no cabía en su rostro empezó a hacernos reverencias a modo de disculpas. Por un instante me sentí en una de esas bodas donde la chica más tímida entre las solteras, al momento de lanzar el ramo, se desprende de los zapatos y se va de cabeza contra la señora mayor con tal de quedarse con el trofeo.


La edad promedio de este ensamble es de 20 años. Está integrado por jóvenes músicos provenientes de todo el país



Los críticos más flemáticos del mundo de la música clásica han expuesto cientos de razones tratando de explicar el fenómeno que representa este conjunto: la excelente ejecución de los músicos, la característica pasión con que asumen la partitura, la comunicación que existe entre ellos y su director Gustavo Dudamel. Esta vez decidí indagar en los protagonistas, para descubrir qué es lo que hace que estos chicos enciendan la llama de la música académica hasta en el corazón más ajeno. Y para eso hay que volver a los principios que inspiraron al maestro José Antonio Abreu al crear el Sistema de Orquestas. El aprendizaje de la música orquestal le da al individuo la capacidad de aprender, aparte de las tradicionales capacidades musicales, el sentido de comunidad, de sensibilidad social, de trabajo en equipo y solidaridad. Esa filosofía ha calado hondo, tanto que es el estandarte que caracteriza el trabajo de la Orquesta. Muchos de los músicos también comentaron que sentían a la Orquesta como su familia, al punto que, muchas veces, sobre todo los que nacieron en el interior del país, comparten más con sus compañeros de atril que con sus hermanos o primos.

También ha sido determinante el que el propio Dudamel haya crecido sentado en uno de estos atriles. Para él, el hecho de estar hoy liderando cada detalle desde el podio es meramente circunstancial, pues se siente un miembro más del ensamble. Es probablemente esta cercanía lo que permite ese intercambio mutuo; esa doble comunicación que hace de cada interpretación un evento sublime. Pero hay una frase que se repite sin cesar en las bocas de estos jóvenes, y que probablemente atesore el secreto de tanto éxito.


Formar parte de esta Orquesta no es un trabajo, es la vida.

Gracias a la internacionalización de esta agrupación y el éxito sin precedentes que ha conseguido Gustavo Dudamel, el mundo entero tiene sus ojos puestos en Venezuela y en este modelo, que no sólo representa un ejemplo de excelencia, sino de los beneficios sociales que implica la masificación de la educación musical. align="justify">Cada vez que la Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar se presenta en algún escenario del mundo, hay cientos de personas inspiradas y convencidas de que un proyecto como este debe ser una norma, porque, como bien expresa el maestro Abreu, la enseñanza musical es un derecho de todos los jóvenes y niños.



Última parada: Hiroshima.

Pero no todo fue diversión y risas. Este viaje tuvo también momentos de reflexión. La última parada antes de regresar a casa fue la ciudad de Hiroshima. Previo al ensayo del día, la Orquesta hizo una visita al monumento erigido por la paz luego del ataque de aquel nefasto seis de agosto de 1945. El lugar, donde hace 63 años explotó la primera bomba atómica de uso no experimental del mundo, es hoy un hermoso parque con un austero arco de cemento que guarda una llama perpetua por la memoria de los caídos.



El grupo se acercó al lugar para colocar una ofrenda floral y rendir un pequeño homenaje, dejando las insignias que identifican al Sistema de Orquestas como señal de respeto. Fue un minuto de silencio que se extendió infinitamente. Muchos ojos se llenaron de lágrimas de sólo imaginar el horror que se pudo haber vivido en ese lugar. Luego de una corta visita al museo que reseña la historia de aquel momento, era hora de volver al teatro y hacer frente al ensayo y posterior concierto.

Al llegar a la sala se notaba que los chicos estaban silenciosos y la algarabía que los caracteriza brillaba por su ausencia. Al volver al camerino, encontré a Dudamel pensativo y cabizbajo, me senté a su lado en silencio y así permaneció hasta que finalmente me dijo "este es un momento muy triste, pero nuestro mensaje debe ser de esperanza. La mejor ofrenda que podemos dar al público esta noche es entregar nuestra alma a través de la música".



Tras algunos minutos, la Orquesta se reunió sobre el escenario para comenzar el ensayo y Dudamel repitió a los muchachos lo que acababa de decirme. "Esta noche debemos tocar para esos niños que no tuvieron la oportunidad de estar aquí hoy. El mensaje es sencillo. Nosotros sabemos que es posible cambiar el mundo si ponemos nuestro corazón y todo nuestro empeño en lograrlo.

Queremos un mundo mejor y vamos a conseguirlo".

La Orquesta planea próximamente una gran gira nacional

Fuente:
Revista Todo en Domingo












jueves, enero 15, 2009

Antonio Giménez Freitez,artista sonoro venezolano

El músico Antonio Giménez Freitez en nada se parece a una figura conservadora. Con dreadlocks al estilo rastafari y sus propuestas que combinan desde lo clásico hasta el hip hop, derrocha un gran talento en cada una de sus composiciones



XIOMARY URBÁEZ


El ensayo está a punto de comenzar.

Serenamente colocada en el atril, la partitura con sus pentagramas reclama la presencia del director musical de la Banda de Conciertos del Estado Lara Maestro Antonio Carrillo. Un sonido por aquí, otro por allá, los músicos afinan los instrumentos. Tonos de todas clases inundan la sala del Museo de Barquisimeto donde se realiza la prueba, elmurmullo es general y parece ir in crescendo.
La súbita aparición de Antonio Giménez Freitez impone silencio. El aire recibe el mágico balanceo de la batuta y – a su ritmo – las notas de la balada Cara a Cara, a incluirse en el próximo disco compacto de la orquesta, invaden el ambiente.
Aunque firmemente atados, los dreadlocks al estilo rastafari amenazan con sucumbir a los enérgicos movimientos. Luego, al serenarse el ritmo, se relajan. En este momento y por el tiempo que dura la pieza, la figura del conductor domina la escena. Al comenzar la entrevista
el arrojo da paso a la timidez, la fluidez en la palabra oral no es su fuerte. Se comunica mejor con melodías. Nacido en una familia de reconocida trayectoria en el medio,Giménez estudió música desde muy temprana edad en su natal Quíbor.

Las primeras preguntas generan respuestas cortas. Roto el hielo y al transcurrir los minutos la conversación va entrando en calor...




¿Cómo fueron los inicios?
“Con mis tíos y abuelos. Eran gente que vivióde la música”.
¿Es posible hacerlo?
“Eran profesores o directores de coro... Es difícil pero no irrealizable. El deporte y la pintura están en una situación muy parecida”.
Recuerda la niñez con agrado. Las jornadas con el abuelo materno Jacinto Freitez lo iniciaron en los misterios de la flauta y del piano.
Culminado el bachillerato decidió formalizar lo que hasta el momento había sido un asunto cotidiano. Se inscribe en el Instituto universitario de Estudios Musicales de Caracas, donde obtiene la licenciatura en Música, mención Composición. Gracias a una beca de Fundayacucho se traslada a Francia y se especializa en Composición de Música para Cine, en la École Normale de Musique de París y como Director de Orquesta, en el Conservatoire National en Reims.

Los directores venezolanos están de moda.
Pareciera que se despierta el gusto por la impecable preparación y esa pizca de picardía que caracteriza a la gente del trópico.

¿Cree que el trabajo realizado por las orquestas juveniles e infantiles del país, que lidera el maestro José Antonio Abreu y del cual es una figura eminente Gustavo Dudamel, está abriendo caminos?
“Sin dudas. Gustavo ha derribado murallas. La música se ha acercado al público, el espectáculo es más dinámico, interactivo. El show es completo: luces, audio, trajes. Con él queda atrás la imagen del director que llega al teatro vestido de frac, el intocable que espera los aplausos finales. Además, es estrictamente cierto que la formación académica es importante, razón por la cual en 2007 me fui a Barcelona e hice otra especialización en Tecnología de la Música, un poco con la idea de prepararme de manera integral”.

La audiencia también se ha transformado. ¿El uso de elementos innovadores tiene algo que ver?
“Es así. En la banda experimentamos con fusiones. Al principio fuimos duramente criticados, pero el resultado ha sido un rotundo éxito. Al ritmo de salsa se han grabado piezas con Memo Morales y Wladimir Lozano; con hip hop tuvimos la colaboración del grupo Guerrilla Seca. Cambiamos los paradigmas, nos hemos disfrazado de mimos o de payasos en actividades infantiles. Lo bueno es que seguimos inventando”.


Lo que hacen es interesante, supone una mezcla de agua y aceite, con ella se han lanzado a conquistar audiencias, pero ¿qué sucede con los conciertos clásicos?
“Son una referencia importante, pilares fundamentales. Desde los años cuarenta ha surgido un movimiento repleto de nuevas ideas. En Europa, orquestas completas han cerrado por falta de presupuesto, lo cual prueba la tesis de que no es posible seguir con los conciertos tradicionales. Beethoven o Bach deben unirse a los compositores contemporáneos, incluyendo los latinoamericanos”.

¿En qué parte de ese espectro te ves?
“Hago lo posible por tomar de los patrones académicos lo que haga falta. Defiendo mi interés por lo electrónico y mi pasión por la composición”.
Con esas herramientas en la mano te has atrevido a experimentar con el cine...“Sí. Ya tenía la experiencia con una serie de documentales cuando se me presenta la oportunidad de colaborar con la música de Amábilis, el mediometraje con sello larense dirigido por Isabel Caroto”.

¿Qué te planteas con la creación del blog sonologia. blogspot.com y las dos páginas web musicaelectroacusticaenvenezuela.es.tl y antoniogimenezfreitez. es.tl?
“El blog es un espacio con data actualizada de la tecnología musical y la red te permite un contacto permanente”.

En pocas palabras
La idea preestablecida del director con gustos clásicos se hace añicos en la intimidad.
• Edad: 36 años.
• Signo: Virgo, 28 de agosto.
• ¿Estado civil? “Soltero”.
• ¿Un Instrumento? “No es precisamente musical, es la computadora, (risas)”.
• ¿Canción? “Difícil... Déjame pensar un momentico... Juanito Alimaña de Héctor Lavoe”.
• ¿Lees? “ ¡No termino una novela! Tampoco me concentro con la televisión. Prefiero la lectura técnica”.
• ¿Defectos? “Muchos. El que más me gusta es que soy temático con la comida, es siempre lo mismo, me da
por temporadas. Estoy en la onda de los platos chinos”.
• ¿Cocinas? “Sí. Mi especialidad son las ensaladas”.
• ¿Una ciudad? “Del mundo, Barcelona. En Venezuela, Barquisimeto y no es un cliché, hay mucho futuro,
somos gente bonita... Amables”.
• De los dreadlocks… “¡Na’ guará, pensé que era más fácil! Fue un calvario, duré 7 horas en una peluquería en
Barcelona y pagué 300 euros hace dos años. Cada vez que los mojo tengo que hacerles un mantenimiento
con una cera que compro en enormes cantidades fuera del país”.
• De la internacionalización… “Si se da, chévere. No me quita el sueño. Me preocupo por mi composición
y por mejorar día a día”.
• De las preferencias… “Tengo dos ambientes. Lo contemporáneo, música experimental con instrumentos acústicos; y la electrónica, hecha en
computadora”.


[El Informador]

lunes, enero 12, 2009

Ana Enriqueta Terán, soy una poeta mestiza

Ella tiene su fórmula para alcanzar los 90: tomar mucha yerba mate y nunca dejar de escribir poesía. Asistirá, en Valera, a un homenaje que se le tributará, a pesar de que ella siempre ha sido reacia a tales expresiones, sólo para leer una carta que dedica a su padre.

Texto: Alexis Blanco



“El gran poeta español, Rafael Alberti, amigo, a quien conocí en el 46, me llamada ‘La guaricha”. “Pienso que no hay buenas ni malas palabras”. “Con sólo ayudar a que se piense en poesía, ya tenemos un logro grandioso”.

Es posible que “Rita” y “Rigoberto”, los dos loritos reales que animan la vida de la poeta Ana Enriqueta Terán, ya sepan cantar el cumpleaños feliz y amanecerán, el próximo cuatro de mayo, celebrando las nueve décadas de su dueña, quien hasta ahora también les ha enseñado a decir las estrofas de: “¡Alerta!..., que camina la espada de Bolívar por América Latina”.




Habló, largo y tendido, por teléfono, desde su residencia, en la ciudad de Valencia. Voló su memoria por encima de los bahareques cargados de aromáticas florecillas de jazmines; trasuntando por el valle del río Momboy, descendiendo hacia el Sur, por Buenos Aires y Montevideo, sin dejar de lado sus comparecencias por los círculos poéticos de Nueva York y París.

Lúcida, meció sus palabras entre barquitos de papel y golondrinas, mientras confidenciaba dulzuras de mango y delicias de yerbabuena. Afuera, los pájaros gorgojearon truenos y, una vez más, conformó todos esas sensaciones, ora en sonetos, ora en novelas o versos intensos. A cada pregunta, una larga pausa.

—¿Qué duele más: parir o escribir un poema?

—Una pregunta terrible, pero muy indicada para una hembra. (Pausa larga). Me pusiste a pensar. El parto siempre duele. Y el poema, a veces es un placer, otras, un dolor.

—Pero los artificios de la tecnología redujeron los dolores de parto. ¿Sucedió lo mismo con los poemas?

—Esos son lavados de cerebro que nos han hecho a las mujeres. Hasta en la Biblia se habla de los dolores de parto. Toda mujer que ha parido sabe que ese es un dolor sublime. Tuve dos hijos. Un varoncito, que murió 16 horas después de haber nacido; y después llegó mi hija, Rosa Francisca. Es una experiencia extraordinaria, que tenemos las hembras, nueve meses de confidencia con el hijo, algo que no se repetirá más nunca en la vida.











—¿La poesía: es más masculina que femenina?

—Se habla de que no tiene sexo. Pero sí lo tiene. Hay cosas de las cuales sólo podemos dar testimonio las mujeres. Sucede que, al hablar del tema, siempre se nos encasilla.

—¿Cómo se siente cuando, sus colegas y la gente, afirman que usted es la poeta viva más importante de Venezuela?

—Tal vez sea una exageración. Allí están los libros, la obra.

—¿Las buenas palabras, retoñan como las flores tercas?

—Pienso que no hay buenas ni malas palabras. Toda la vida he tenido un buen “rapport”, con la palabras, con el idioma.

—¿Cuando ahora se habla de una transformación en el paradigma educativo, qué papel puede jugar la poesía dentro de la misma?

—Estoy absolutamente de acuerdo con ese cambio. Me parece magnífico. Extraordinario, porque tenía un sentimiento que no estaba acorde con nuestro mestizaje, nuestra cultura. En estos días supe de una cátedra donde se enseña a escribir poesía. Tal vez no se enseñe a hacerlo, pero con sólo ayudar a que se piense en poesía, ya tenemos un logro grandioso.

—¿Hacia dónde irá la palabra ante los nuevos efectos de la globalización?

—Tal vez eso te lo conteste mejor una persona que no tenga mi edad, ni mi modo de actuar. Escribo poesía y punto. Pero, contra la palabra, y el verbo. no puede ir ninguna técnica o adelanto, por mágico que sea. El poema subyace por sí mismo.

—¿Quiénes son sus principales influencias literarias?

—Primero, los clásicos españoles, que se leían en mi casa. Los del Siglo de Oro. Garcilaso de la Vega fue el primero. Santa Teresa, mucho. Después, la poesía francesa, con Baudelaire y Rimbaud. Y los románticos alemanes, del grupo “Tormenta e ímpetu”. Tuve mucho amor por esa poesía.

—Usted tuvo un encuentro temprano con Andrés Eloy Blanco. ¿Cómo la marcó esa Generación del 28?

—Muchísimo. Entre ellos, un primo mío, Joaquín Gabaldón Márquez, Jóvito Villalba, toda esa gente que hizo historia.

—¿Su familia fue perseguida?

—Mucho. Los Terán y los Madrid. Las dos familias. Mi primo, el general Mario Terán Labastida, estuvo exiliado todo lo que mandó Gómez. Mi tío Miguel Antonio Madrid, fue lugarteniente del “Indio Mantilla”, del “Tigre de Guaitó”. Otros dos murieron en las horribles prisiones de aquella época.

—¿Su poesía signa esa épica?

—Está, en los primeros libros. Incluso hay una carta que le escribía a papá y que, creo, me la van a publicar en Valera. No es la carte de Rainer María Rilke. Es un documento muy sensible que será bueno leer.

—Del año 1949, cuando publica Al norte de la sangre y Verdor secreto, hasta 1971, cuando sale de Bosque a bosque, hay un período muy grande. ¿Qué hizo en ese tiempo?

—Me fuí para Morrocoy, en la década del 60. Venía de París, de Buenos Aires y Nueva York. Esos viajes por las grandes capitales del mundo me alimentaron muchísimo. Pero sentí un gran deseo de saber si mi poesía emanaba, verdaderamente, de mi sangre, de mi vida, o era que estaba influenciada por el entorno literario.

—¿El silencio del poeta cuando reclama el sentido de su obra?

—Por dentro ebullía la necesidad de encontrar un sentido de plasmar lo que este pueblo había sufrido. En el Libro de los oficios, hay cantos a los guerrilleros. A Zazárida, donde hubo una mítica escaramuza. Un canto a mi primo, Argimiro Gabaldón.

—¿Alguna vez tomó las armas?

—Nunca. Fue un dolor grande, de mujer venezolana, de madre, de pachamama.

—¿Podría resumir los países que la habitan, a lo largo de esos 90 años?

—Cuando viajé al Sur, me dí cuenta que mi madre, Rosa Madrid de Terán, tenía razón, cuando me decía, a mis siete años, que de no haber sido por Páez y por Santander, Venezuela sería una gran nación y que hubieran terminado todos los requemores. Vengo de una familia de intelectuales, de grandes lectores. Mario Briceño Iragorry reseña con precisión, ese gran país que se llama Venezuela.

—¿Qué aprendió en el Sur?

—El potencial inmenso de América. Cuando conocí a Augusto Sandino, conocí el sentido del gran mestizaje que nos caracteriza. Aprendí a amar las grandes masas indígenas. Soy una poeta mestiza. Y me siento muy orgullosa de eso. El gran poeta español, Rafael Alberti, amigo, a quien conocí en el 46, me llamada “La guaricha”.

—¿Mantuvo una gran relación de amistad con el pintor zuliano Gabriel Bracho?

—Cuando estaba como agregada cultural en Buenos Aires, le hice una exposición allá. A él y Ramón Vásquez Brito. Fue una amistad, profunda y leal, de parte y parte. Los mejores retratos que tengo, me los hizo él.

Fuente: Diario Panorama

viernes, enero 09, 2009

Nené Quintero, con la clave en sus manos


Si alguien todavía tenía dudas de que el destino de Carlos "Nené" Quintero iba a ser musical, el lugar donde nació las disipó: San Agustín del Sur, el barrio caraqueño, y tal vez venezolano, de mayor tradición musical. Salió de allí a recorrer el país y se hizo conocer y querer por todos. "Anda, nombra un músico venezolano medianamente conocido y yo te aseguro que Nené ha tocado con él", dice el pianista y jazzista Gerry Weil como una manera de simplificar una lista impresionante: Simón Díaz, Frank Quintero, El Trabuco Venezolano, Alí Primera, Ilan Chester, El Medio Evo, Franco de Vita, Yordano, Luz Marina, María Rivas, Jorge Aguilar, Kiara, Ricardo Montaner, Sergio Pérez, Cecilia Todd, Pablo Dagnino, Guaco, Pedro Castillo, Marisela Leal, Víctor Cuica, Trino Mora, Servando y Florentino, Voz Veis y mejor lo dejamos en etcétera.


JAVIER BRASSESCO
EL UNIVERSAL

También en esta historia, como en la de ciertos árboles, hay que hurgar en las raíces para entender las contorsiones flemáticas de sus ramas.

Su padre fue un melómano y su madre bailó y cantó hasta sus últimos días. Su tío abuelo fue violinista y músicos sus cinco hermanos (dos de ellos formaban parte de los once integrantes del grupo Madera que murieron en el hundimiento de un barco en Puerto Ayacucho en 1980).

Una lista, también extensa puertas afuera: Celia Cruz, Barry White, Luz Casal, Paco de Lucía, Tito Puente, Eros Ramazotti, Dave Valentin… todos tuvieron el honor de tocar con ese músico universal que es Nené Quintero. A él se le pierden en la memoria: "¿El músico que más influencia tuvo en mí? ¿El que más me ha impresionado? ¡Uy, es que he trabajado con tantos! Nombrar a uno sería olvidar a otros, no sería justo. A cualquiera de ellos podrían dedicar esta página y no a Nené Quintero. Sería lo justo. No me gusta hablar de mí".





MÚSICO UNIVERSAL

A pesar de que se forjó en los ritmos latinos con Pedro "Guachapa" García, no se limitó a los mismos y jamás se cerró a ninguna influencia. Al saxofonista Pablo Gil, quien lo conoce muy bien, es precisamente la versatilidad lo que más le llama la atención de Nené: "Es capaz de tocar instrumentos muy distintos en los más diversos contextos, y eso es lo que le ha permitido grabar tantos discos con tantos artistas. Su flexibilidad nunca deja de sorprenderme".

Desde tablas indias hasta bodhrams irlandeses, pasando por cajones peruanos, yembes africanos, maracas del Caribe y su particular baticonga, se podría decir que no hay un instrumento de percusión que le sea ajeno (ni ningún estilo: salsa, jazz, pop, rock latino, musica popular, clásica, folclórica y experimental). En una pieza que él mismo compuso, Brisas del Ávila, llega a utilizar un arsenal de delicados instrumentos para simular el sonido de las aves, de las ramas y del viento.

Todo como una manera de encauzar esa inmensa espiritualidad que resaltan quienes le han conocido, de lidiar con esa parte del alma que no trafica con palabras, que no se rebaja a permutaciones de letras.

Y tanto viajar (Europa, Sudáfrica, Asia…), experimentar, absorber estilos y empaparse de tendencias para descubrir que la música le lleva siempre al mismo sitio: "Me pongo a oír música africana y oigo a Brasil, a la costa colombiana. Cambia la armonía, pero los motivos rítmicos son los mismos. No dejo de oír a mi barrio". Al final, por más mundo que recorra, sabe que ya nunca saldrá de San Agustín del Sur.

Brisas del Ávila





viernes, enero 02, 2009

La Siburaca, almibar natural

El refugio de Mayrim Porras y Kiber Fernández, instructores de yoga y vegetarianos, fue bautizado como La Siburaca. La designación rinde honor a una abundante Ceiba radicada en el estado Bolívar que decora su estirpe con peculiares características: “Si la ves en cuatro momentos distintos, lucirá como cuatro árboles diferentes; cuando tiene flores, no tiene hojas y viceversa. Como mi esposo y yo nos identificamos con ella, decidimos que nuestra tienda se llamaría así”, cuenta Porras.

FOTOGRAFÍA Alberto Delgado

Este plácido albergue -anclado en Puerto Ordaz- está consagrado a la paz, la armonía y la tranquilidad, allí la pareja imparte clases de yoga y vende artesanías provenientes de toda Venezuela. Sin embargo, también hay cabida para alojar tesoros gastronómicos que, en forma de mermeladas, seducen a la clientela porque están vestidas con el sello de la originalidad. Lo cierto es que desde hace año y medio en los fogones de la dupla se traman irresistibles “versiones de los dulces típicos de la región”, aclara la hacedora al delinear el valor diferencial de La Siburaca, esta vez convertida en la marca de exóticos manjares.

Trascendiendo al catálogo de sabores tradicionales normalmente envasados en estas recetas, el menú ideado por los esposos ensalza irreverentes fórmulas de merey, auyama, lechosa, naranja con zanahoria, piña con jengibre o parchita, ruibarbo, mango, pumalaca y guayaba. Estos trofeos de la madre naturaleza están dosificados al vacío en recipientes de vidrio de diversas capacidades: 500, 330, 200, 90 y 40 cc. El más pequeño del combo ofertado se expende en una cajita decorativa de madera que incluye nueve muestras, una de cada sabor. “Ha sido el regalo corporativo de empresas como Nueva Prensa de Guayana y Comsigua; y han llegado hasta Japón”, alega orgullosa Porras.

La semilla de la idea surgió porque “siempre que cocinábamos en nuestra casa e invitábamos a nuestros amigos quedaban encantados con las recetas inventadas”. En recompensa a tanto aplauso, “nuestra primera producción fue obsequiada a nuestros seres queridos en Navidad”, recuerda la oronda mentora. Lo cierto es que el hallazgo no sólo calma amargos paladares, sino también acompasa las habilidades de los impulsadores: “Yo soy arquitecta y Kiber es naturópata, artista plástico y chef aficionado. Él tuvo su propio restaurante vegetariano hace algunos años”, recuerda.

Además de un hechizante sabor, estos afables batallones “son absolutamente naturales. No contienen ingredientes industrializados como preservativos, colorantes o gelatina. Incluso, endulzamos con papelón, azúcar morena o miel. Sólo cuando alguno merece un brillo especial, le agregamos un poco de azúcar blanca, pero no es lo usual”, confiesa Porras.

Cuando es tiempo de fabricar, la casa de los Fernández se convierte en un taller de producción durante una semana, faena iniciada con una cuidadosa selección de frutas: “Normalmente, las compramos en el mercado de San Félix porque se consiguen las cantidades necesarias a excelente calidad y precio. En otros casos, como son pulpas de la zona, las hallamos en nuestra casa o las de nuestros amigos”, revela.
Luego de cortar la materia prima en pequeños trozos, se cocina con el dulce. Al enfriarse, se refrigera. Al día siguiente: “Esterilizamos los contenedores y sus tapas. Los rellenamos con las mermeladas y hacemos el envasado al vacío con sumo cuidado porque si procedemos mal, se dañan. Cuando los frascos están totalmente secos, los etiquetamos y están listos para la venta. El precio no excede a los 22 bolívares fuertes”, explica minuciosamente Porras.

Como es de esperar, la exitosa marcha es ahora escoltada por una línea de antipastos y salsas vegetarianas ideales para sazonar, servir en reuniones o acompañar almuerzos. La gama de vegetales abarca célery, pimentón, ají dulce, ajo porro, ajo, cebolla, calabacín, berenjena y aceitunas conservados en aceite de oliva.

Con la alegría del éxito, La Siburaca da sombra a irresistibles ideas que pueden ser adquiridas en la mezzanina de la Torre Loreto I de Puerto Ordaz.

Contacto: 0414. 386. 02. 13 / E-mail: lasiburaca@cantv.net.