Angel Sánchez tiene su base de operaciones en la Séptima Avenida de Nueva York, y según sus propias palabras ha crecido en este último año. Sin embargo no ha descuidado el terruño propio. Esta semana estuvo en su atelier caraqueño, donde los espera un equipo que trabaja silenciosamente.
Su nombre estuvo en la alfombra roja de la entrega del Oscar, por lo que recibió un baño de fama que se propone aprovechar al máximo.
Siempre había soñado con ver uno de mis diseños en la entrega del Oscar porque lo ven millones de personas y combina la alta moda con la celebridad. Esto tuvo sus preámbulos con el traje de novia de Sandra Bullock y el de Eva Longoria para los Emmy. Además del de Sandra había otros dos vestidos míos de la colección primavera-verano, uno lo llevó Kate Capshaw.
Al verte al lado de nombres como Valentino y Versace le entra a uno como un friíto porque también te encuentras expuesto a todas las críticas. Realmente es un momento muy especial.
Con Sandra he querido crear una relación con mi imagen y ella, quien me lo hizo sentir así cuando le hice su vestido de novia, pues me dijo: "Angel, yo no sólo me estoy casando con un traje tuyo sino que me estoy casando con tu imagen". Pero eso no era suficiente. No sabía si iba a usar uno de mis vestidos.
Nos entrevistamos dos veces, en Nueva Orleans, donde filmó Crash y en Los Angeles. Le presenté tres opciones. El azul marino, estructural y atemporal, que fue el que eligió. Uno blanco y negro que llamo Audrey Hepburn y otro que era el que yo esperaba porque la línea más reveladora y por el color naranja. Cuando la vi en la televisión me sorprendió y me emocioné.
Mi carrera no queda allí porque no me voy a basar en este tipo de eventos, pero es un apoyo pues mi nombre gracias a ese vestido estará en el tapete durante meses. Tengo que seguir trabajando duro. Quiero que mis trajes sigan vendiéndose como hasta hora.
Fuente: Diario El Universal
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