El documental Hacedores de nostalgias presentará, en una hora y más, relatos de inmigrantes que vivieron en Venezuela gran parte de su vida, pero que de vuelta a sus tierras natales descubrieron que su identidad está más vinculada con este país tropical que con su nación de origen.
El director de la producción, Ernesto Pérez Mauri, afirma con su trabajo que, aunque parezca una paradoja, una buena manera de reconocer, comprender y admirar nuestro gentilicio es a través de la nostalgia que acompaña el recuerdo de quienes vivieron aquí por muchos años.
“Es como si la lejanía tuviese algún efecto en la memoria de esas personas. Las imperfecciones asumen formas más sutiles y saltan imágenes que nos son más gratas a la evocación. Tal vez en este ejercicio nostálgico uno termina por inventar un país de fantasía, pero igual es el que uno quiere y extraña”.
El realizador, junto con un pequeño equipo de producción, viajó a varios países europeos para descubrir vivencias de adaptación y readaptación que al final develan el dilema del desplazado: se sienten ciudadanos del país al que llegan, pero, a la vez, sus querencias están entrelazadas con el territorio que dejan atrás.
Con sus testimonios, españoles, italianos y portugueses dibujan a una Venezuela bonita y tan suya como sus terruños. La cinta, financiada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, se estrenará en 2007.
En plena etapa de post producción, el director de cortometraje, de 40 años, habló con Galería de su trabajo más reciente que, quizás, se convertirá en su primer largometraje.
¿Cómo surgió la historia Hacedores de Nostalgias?
- La idea rondaba mi mente desde hace mucho tiempo. Todo surgió en un viaje a Madeira, Portugal. Me encontré con una persona, de unos 80 años, que me habló maravillas de Venezuela sin ser originario de este país. El anciano había vivido por muchos años aquí y sus recuerdos de estas tierras estaban intactos. Entonces, comencé a desarrollar la propuesta argumental del documental y cómo lo haría. La producción, que apunta hacia un largometraje, pretende dibujar a nuestro país desde el imaginario de quienes la conocen, pero con la perspectiva de la distancia.
¿Cómo orquestaron toda la logística para realizar esta travesía por Europa?
- A quienes regresaron de Galicia, por ejemplo, los contactamos gracias al apoyo de la Asociación Cultural Deportiva Turpial, que ensambla las actividades de la comunidad venezolana en la costa norte de Galicia y, además, organiza la Feria Anual de la Arepa. En Italia visitamos la región de Abruzzo donde existe una legión de venezolanos “retornados”. Fue impresionante saber que en Raiano, uno de sus pueblos, de 3.000 habitantes, unos 2.400 conocen algo de Venezuela, bien sea porque muchos italo-venezolanos volvieron a establecerse en esa comunidad o porque son hijos de alguien que regresó. Fue una situación curiosa. Luego visitamos Madeira, Portugal y allí nos topamos con Oscar D’ León quien participó en una fiesta en honor a San Juan.
¿En qué fase se encuentra la producción del documental?
- Junto con el equipo de trabajo, ya terminamos la parte testimonial del documental. En los viajes a Italia, España y Portugal recopilamos un sinfín de imágenes de apoyo y evidencias visuales del paso por Venezuela de los extranjeros entrevistados. En total, realizamos unas 70 entrevistas. De material bruto para editar contamos con unas 50 horas de grabación. Aún nos queda trabajo porque, en los próximos días, tenemos que regresar a La Coruña, para asistir a la Feria de la Arepa. El año pasado la celebración congregó a unos 4.000 venezolanos de toda España.
¿Cuáles son sus expectativas con esta producción?
- Estará lista a comienzos del año que viene. Queremos presentarlo en festivales de cine nacionales e internacionales. También deseo que llegue a las salas de cine porque tenemos un material valioso. Para los inmigrantes fue muy difícil regresar a sus países de orígen luego de haber vivido en Venezuela por muchos años. Por lo general, regresaron de ancianos y se encontraron con una España, Portugal o Italia muy cambiada. En sus comunidades natales descubrieron que eran más venezolanos de lo que en verdad pensaban.
A través de los testimonios, ¿qué descubriste de Venezuela?
- Encontré en los recuerdos, percepciones y reflexiones de los inmigrantes a una Venezuela compleja y generosa, que ha abierto sus puertas a las gentes del mundo y que debemos valorar mucho más. En Brugnara, Italia, nos topamos con Bernardino Lamarca, campeón nacional de lucha libre durante los años 50. Su testimonio, de aquellos años dorados, fue increíble. Lo más triste de los viajes fue saber que muchos de esos inmigrantes se marcharon del país, aún sin quererlo, por la inseguridad personal y la falta de una buena red de salud pública.
¿Fue una experiencia emotiva?
- La experiencia me tocó mucho porque estando tan lejos de Venezuela la sentí muy cerca gracias a la actitud de los retornados. Ellos se inventan a una Venezuela que exhiben en algún sitio de su casa, en un rincón. Guardan todo tipo de suvenir que les recuerde el país. La parte culinaria también es muy importante para esas personas. Me comí un rico pabellón preparado por dos matronas italianas. Me dio mucha gracia verlas cocinar algo tan típico de mi país, mientras hablaban en su idioma natal.
Luego de varios cortos, ¿cuándo veremos su primer largometraje?
- La verdad es que este documental se está convirtiendo en un largo, así que sería mi ópera prima. Resulta más que ideal porque me gustan los temas en que la gente pueda mostrar su lado más íntimo, su ser más personal, más que aquellas historias que tienen que ver con el aspecto social o el psicológico. Me gustan los temas intensos desde el punto de vista dramático, así como trabajar con personas de la vida real.
De los documentales siempre se critica la poca calidad audiovisual, ¿Hacedores de nostalgias rescata esos valores?
- Nos estamos preocupando para que esa calidad reine; sin embargo, en los documentales, registrar un acontecimiento, a veces, está por encima de la calidad audiovisual. En muchos casos se sacrifica la forma por obtener el fondo.
Dicen que el formato digital ha liberado la creatividad de cientos de cineastas. ¿Ese es su caso?
- Con el formato, el género del documental se ha rescatado. Nos permite trabajar con un equipo de producción mucho más pequeño que, sin duda, abarata los costos. Además, la relación con los protagonistas de los filmes es más íntima.
¿Cómo se debe estructurar un documental?
- Lo primero es seleccionar un buen argumento. Una buena historia puede salir hasta de una nota de prensa.
Datos
Ernesto Pérez Mauri (1965) cuenta con una experiencia de más de 15 años como consultor de medios, productor y director de documentales institucionales para empresas nacionales y multinacionales. Es presidente de la compañía Pertican Films.
Es economista egresado de la Universidad Central de Venezuela (1996). Maestría en Producción de Cine y Televisión en la Universidad de Bristol, Inglaterra (2000).
Filmografía
-Hot dog (Perro Caliente). Inglaterra, 1998, guionista.
-Kiss the canvas (Besa la lona). Inglaterra, 1999, director. El corto participó en el Sheffield International Documentary Festival y en el Brief Encounters Short Film Festival.
- Detrás de la Línea. Venezuela, 2003, guionista, productor y director.
Sinopsis: Antonio tiene un oficio poco conocido: vende carne de chivo en la orilla de la carretera vía Carora. Debe esperar sentado que alguien compre para ganar algún dinero diario. La obra fue galardonada por el Gran Premio del Jurado, premio del CNAC al Mejor Cortometraje y mejor guión original en el Festival de Cortometrajes de Barquisimeto 2004. También participó en el Festival L'Alternativa 2004, en Barcelona, España.
- Recibimiento de Oscar D’ León en el aeropuerto de Madeira, Portugal.
- Bernardino Lamarca, campeón nacional de lucha, junto con el equipo de producción.
- Ernesto Pérez y Julio Tupac —productor— filmaron en Ribeira Brava, Portugal.
Fuente: Revista Galería, Diario Panorama
Esas personas, que se vieròn en la obligacòn de partir, QUIEREN MÀS A VENEZUELA. que muchos que nacieròn aquì.
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