El pintor venezolano, y residenciado en Boston, usa pátinas para lograr el óxido en láminas de plata. Este venezolano, egresado de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, cuenta que la técnica que usa le permitió zafarse de la forma en la que pintaba anteriormente.
La ambición por encontrar una técnica que superara en simpleza a la del dibujo guió sus investigaciones. Raphael Jaimes-Branger evocaba las maravillas que habían logrado, apenas con el grafito sobre papel, Miguel Ángel o Rafael. Pero el momento mágico en el que estaba frente a aquello que buscaba ocurrió luego de trabajar pátinas sobre hoja de plata.
La imagen apareció lentamente, como si se tratara de una fotografía que emergiera de una cubeta de ácido. Los tonos sepia se manifestaron en todo su esplendor. La reacción química se convertía en arte.
Este trabajo forma parte de su más reciente exposición: Encontres. Japón et l'occident, que se exhibe en la Alianza Francesa de Boston, Estados Unidos.
Pero Jaimes-Branger prefiere no poner el acento en la técnica: "Es muy importante la técnica pero también lo es olvidarse de ella y reaccionar ante la obra". Este venezolano, egresado de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, cuenta que la técnica que usa le permitió zafarse de la forma en la que pintaba anteriormente: "Mi primer maestro fue Pedro Centeno Vallenilla, que era hermano de mi abuela. Pintaba como él, hacía pinceladas bastante controladas y necesitaba liberarme de eso. Con esta técnica pude liberarme de ese control y dejar ciertas cosas al azar", revela.
Lo dice porque cuando se pinta de esta manera no se puede corregir: las pincelas se hacen de una vez y así quedan. Cinco segundos después aparece la imagen tímidamente; 24 horas más tarde ésta se manifiesta tal como es. Es cuando se revela la sorpresa de lo que hizo.
Y esa manera de trabajar coincide en mucho con la pintura japonesa, además de lo que él llama la "economía de líneas", la técnica impide "volver sobre tus pasos". Es por ello que la muestra está, en parte, inspirada en el arte japonés a la vez que es un homenaje; una deuda que el artista siente por la influencia que ha recibido.
No sólo el arte japonés ha influido su trabajo: "Yo soy todos los artistas que me precedieron, soy parte de una historia de artistas de todo el mundo. Miguel Ángel, Caravallo, Velázquez, eso lo que uno conoce y lo que uno es, quiera o no".
Este pintor ha expuesto en Estados Unidos, Francia y España. Aunque tiene 28 años fuera de Venezuela, no descarta la posibilidad de preparar una muestra en su país.
Antes del año 2000 trabajó con el color. Pero por ahora prefiere el sepia de la plata oxidada. Un sepia que puede variar en intensidad y alcanzar un azul cobalto. Se trata, sin duda, de una paleta restringida. Pero eso no es un obstáculo sino una ventaja para quien le interesa dar ese sentido nostálgico del sepia sobre papel, propio del Renacimiento.
Fuente: El Universal
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