El nombre de Arturo Uslar Pietri adquiere hoy una dimensión insoslayable, cuando toda Venezuela conmemora un siglo de su nacimiento. No hay un solo estamento de la patria moderna que no aparezca reflejada en su obra intelectual, polifacética, única, urgente y necesaria.
Hay que leerlo —recomiendan sus más ilustres exégetas— con pasión reflexiva, con inteligencia gregaria, con visión universal, con amor y respeto. Así lo demandan los miembros de la Fundación Centenario Arturo Uslar Pietri (Fcaup), encargada de coordinar, a lo largo del año, diversos actos académicos y culturales en conmemoración del natalicio.
Hay que leerlo —recomiendan sus más ilustres exégetas— con pasión reflexiva, con inteligencia gregaria, con visión universal, con amor y respeto. Así lo demandan los miembros de la Fundación Centenario Arturo Uslar Pietri (Fcaup), encargada de coordinar, a lo largo del año, diversos actos académicos y culturales en conmemoración del natalicio.
La Universidad Metropolitana inaugurará la Cátedra de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri. También pondrá en servicio su biblioteca, de 18.000 volúmenes. La frase antológica, Sembrar el petróleo, representa un manifiesto imperecedero de economía política.
“Estará dedicado a la investigación de las cinco áreas que desarrolló Uslar en su vida intelectual: literatura, historia, política y gobernabilidad, economía y petróleo, y educación y comunicación”, precisó Arráiz Lucca, quien dirigirá el centro.
En Caracas, donde nació, el 16 de mayo de 1906, la fiesta uslariana está viva. La Fundación Polar inauguró la semana pasada una exposición antológica con sus documentos, los cuales legó a dicha institución y que forman parte del trabajo de museografía realizado por Mónica Quintini e Irma Hurtado, bajo la coordinación del profesor Manuel Rodríguez.
Uslar fue, sin duda alguna, uno de los grandes valores de la literatura latinoamericana del siglo XX. Fue fiel testigo de la vida hispanoamericana del siglo pasado, y su obra le puso a la cabeza de la literatura venezolana junto con el novelista y político Gallegos.
Con el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el cubano Alejo Carpentier fue el iniciador de la corriente literaria conocida como “realismo mágico”, que se definió como un “redescubrimiento del mestizaje” americano. Los libros, Barrabás y otros relatos (1928), así como la novela Las lanzas coloradas (1931), resultaron una apuesta de lujo a la renovación de las letras continentales, aseveró Márquez.
PROTAGONISTAPOLÍTICO
Ministro de Educación (1939-1941), secretario de la Presidencia (1941-1943 y 1944-1945), ministro de Hacienda (1943) y ministro de Relaciones Interiores (1945). Senador desde 1959 hasta 1973. En 1963 fue candidato independiente a la Presidencia y consiguió 16% de votos.periodista Desde 1946 escribió su columna Pizarrón, en 26 periódicos del mundo.
El Camino a El Dorado (1940), La Isla de Robinson(1981), Godos, Insurgentes y Visionarios (1986) y La Visita en el Tiempo (1990) condensan parte de su obra novelística.
“CONVENÍA QUE UN HOMBRE DE MI GENERACIÓN VOLVIERA LOS OJOS HACIA VENEZUELA Y DIJERA LA PALABRA JUSTA. YO LO HE HECHO; Y NO ESTÁ EN MANO HUMANA DETENERLA, NI APAGARLA, NI SIQUIERA MENGUARLA”: A. USLAR PIETRI.
Fuente: Diario Panorama
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