El director volverá a trabajar con el guionista mexicano Guillermo Arriaga. La cinta comenzará a rodarse a principios de 2007. Su cortometraje Los elefantes nunca olvidan es proyectado en las salas de cine del país, gracias al apoyo de Cines Unidos.
Texto: Arminda RincónPara Guillermo Arriaga, guionista de las cintas Amores perros y 21 gramos, un cortometraje es un reto particular. “Hay que contar una muy buena historia, en muy poco tiempo, y se necesita del talento para hacerlo”.
Justamente, esas cualidades las reune el novel realizador venezolano Lorenzo Vigas y su cortometraje Los elefantes nunca olvidan, del cual Arriaga —no por casualidad— es su productor.
El filme, hasta la fecha, ha recibido grandes ovaciones en festivales como Cannes, Paris Cinema, London BFI Film Festival, Clermont-Ferrand y Nuevos Directores de Nueva York.
La cosecha, para Vigas, comenzó en 2004, cuando su ópera prima abrió las exhibiciones de la Semana Internacional de la Crítica, en Cannes. Unos meses después, el director recibió el premio Sol de Oro al mejor cortometraje, en el festival de Biarritz, en Francia.
Desde entonces, Vigas y su creación han sido distinguidos en el Festival de Cortos de Río de Janeiro y el Festival de Huesca, España. También fue designado como mejor cortometraje mexicano en Expresión en Corto, México.
Recientemente, arrasó en los premios ANAC 2006, donde obtuvo los galardones como mejor cortometraje, premio del público, mejor producción, mejor actor de reparto, mejor fotografía y mejor sonido.
Pese a los lauros, el mayor premio que puede recibir el corto Los elefantes nunca olvidan, según comentó Lorenzo a Galería, durante su reciente visita al país, es que todos los venezolanos, desde la semana pasada, pueden disfrutar su obra en las mejores salas de cine del país.
El corto se exhibe junto con la película El tercer ojo, filme producido por Rudy Cohen y Mark Damon, y dirigido por Roland Suso Richter.
En 13 minutos, la historia de Pedro y sus hijos invitan a reflexionar al espectador sobre el tema de la violencia familiar. Los silencios y el ambiente árido de Araya le imprimen dramatismo a una trama llena de suspenso.
El cortometraje ha rodado por el mundo y, finalmente, llega al país. ¿Qué le diría a los cinéfilos venezolanos sobre este trabajo?
- Todos han oído hablar algo de él, pero pocos en Venezuela lo han visto. Ésta es la oportunidad de disfrutar de una producción que maneja el suspenso y que mantendrá a los espectadores pegados a la butaca hasta el final.
¿Cuál es el gancho de Los elefantes nunca olvidan?
- Presenta una gran intriga y una tensión dramática muy fuerte, que se mantiene hasta el último segundo de la proyección. La historia es protagonizada por un señor que reparte pescado salado en un pueblo del oriente del país. El hombre, llamado por quienes lo rodean como “Elefante”, gracias a su buena memoria, se encuentra con un muchacho que al final resulta ser uno de los hijos que abandonó años atrás. Irónicamente, “Elefante” no reconoce al joven y éste quiere matarlo. La historia, en resumidas cuentas, toca el tema de la paternidad irresponsable y habla de la falta de memoria de los pueblos latinoamericanos. Es una reflexión en 13 minutos.
¿Qué nos puede adelantar sobre su primer largometraje? ¿Es cierto que Guillermo Arriaga, el guionista de Amores perros, será el productor?
- Es posible que esta cinta se llame Desde allá. Tengo dos años trabajando en el guión. Ya lo terminé. Junto con Guillermo, que sí es el productor, estoy empezando a armar el proyecto. Tenemos planeado comenzar las filmaciones durante los primeros cinco meses de 2007.
¿Qué historia contará en esta oportunidad?
- No puedo adelantar mucho porque es un secreto. Es una historia de amor que transcurre en México D.F. También mostrará una relación entre padre e hijo. Abordará el amor, el perdón, la redención y la venganza.
¿Qué indicaciones le ha efectuado Guillermo Arriaga?
- Sólo me ha asesorado, como los buenos productores. Me ha ayudado a sacar lo mejor de mí. Me ha obligado a revisar y a revisar lo que he escrito, por eso me he tardado tanto con este guión. Mis ideas han cambiado en beneficio de esta historia: es bastante dramática como Los elefantes nunca olvidan.
¿Cuál es el cine que desea mostrar?
- Me fascina tratar de entender a las personas. Me gustan las películas que muestran la condición humana.
¿Lo obsesionan las relaciones familiares?
- No sé. Son cosas que pasan. Ocurre en Los elefantes nunca olvidan y también en Desde allá. Es posible que mi tercera película cuente la historia de dos hermanos. Me interesan las historias shakespeareanas, en donde los personajes están condenados por los lazos sanguíneos.
¿Quiere educar a las personas?
- Sólo deseo que reflexionen. El cine es un compromiso entre el entretenimiento y la reflexión. Quiero que los espectadores entiendan a su prójimo. Cuando hablo de entretener, me refiero a que los realizadores deben apoyarse en un guión que mantenga en vilo al espectador, que éste siempre quiera saber qué pasará en el siguiente cuadro. No es una tarea fácil, que requiere mucho rigor.
¿Qué locaciones escogió del paisaje mexicano?
- Creo que cada historia tiene un lugar para ser contada. Desde allá se cuenta mejor en la capital del país azteca que en Caracas. Esta historia toca un tema tabú que en México D.F. adquiere una dimensión mucho mayor.
¿Quienes serán los protagonistas?
- Dentro de poco iniciaremos la fase de selección de los actores que trabajarán en esta producción. No escogeremos actores conocidos. Queremos dar oportunidad a los nuevos talentos.
¿Cuál es su percepción del cine venezolano del 2006?
- Quiero filmar películas en mi país. Creo que viene un momento económico interesante para el cine nacional, que nos debe invitar a reflexionar. En la actualidad, nuestro cine tiene un talón de Aquiles muy grande: sus guiones no son los mejores. Parte del dinero que se invertirá en la producción audiovisual del país debe estar destinada a la formación de escritores para el cine. No obstante, el escenario es optimista. Hoy se están haciendo pocas cintas buenas. Tenemos que hacer muchas con calidad, para que el espectador vaya a verlas y pague un boleto.
Además de lo obvio, ¿qué enseñanza le dejó recibir tantos premios?
- Los premios son buenos, pero no lo más importante. Estoy satisfecho porque hice todo lo posible para que mi cortometraje tuviera peso y calidad. El cine es un gran compromiso y necesita rigurosidad. Sólo obtuve los frutos que merecía. También ha dejado una enseñanza práctica: cuando ganas tantos galardones hay productores que se fijan en tu trabajo. Éso es lo que me está pasando en el presente.
Ficha
Lorenzo Vigas Castes nació en Mérida, en 1967. Graduado en biología molecular, se instaló en Nueva York, en 1995, para estudiar cine en N.Y.U., donde realizó varias películas experimentales. En 1998, regresó a Venezuela para dirigir la serie documental Expedición. Entre 1999 y 2001, dirigió documentales y comerciales de televisión para la Compañía CINESA. En 2003 filmó su primer corto de ficción Los elefantes nunca olvidan. Vive, actualmente, en México D.F. Ahora está concentrado en iniciar el rodaje de su primer largometraje.
Fuente: Revista Galerias Diario Panorama
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