“Belleza consagrada en la pantalla por su rostro moreno y expresivo, donde destacan unos inmensos ojos enmarcados con aquellos tintes ennegrecidos de sus cejas y larga cabellera, que la cámara pareciera acariciar en auténtico close-up de antología”. Así define Ricardo Tirado, en un capítulo de su libro “Amores públicos”, editado este año por la Fundación para la Cultura Urbana, la telegénica belleza de la notable actriz Eva Moreno, quien en la madrugada de ayer falleció de un paro respiratorio, a los 69 años, en el Hospital Clínico Universitario de Caracas, en donde había sido ingresada desde el pasado viernes, por complicaciones surgidas de un enfisema pulmonar.
El mismo Ricardo Tirado la calificó muy acertadamente, en el título del capítulo ya mencionado, como una actriz “superlativa”, aludiendo a la calidad histriónica incuestionable de esta primera dama de la televisión, el cine y el teatro, que tuvo su época de mayor auge en la década de los años 60, cuando en Radio Caracas Televisión era la protagonista por excelencia de los teledramas estelares de ese canal, títulos como “Historia de tres hermanas”, que estelarizó con Doris Wells, Eva Blanco y Raúl Amundaray; “Renzo el gitano”, en donde hizo pareja con Oscar Martínez; y “La tirana”, con Edmundo Arias y Edmundo Valdemar.De sus inicios habló ampliamente con Tirado en su libro:
“Muchas veces participé como extra; ser extra en cualquier parte es el ser más insignificante y humilde trabajador, pero no por eso es humillante. Hasta era agradable, recuerdo que se trabajaba con mucho entusiasmo, con el afán de hacer las cosas bien y el sueño de llegar lejos, de protagonizar algún día, tratando de aprender, copiando los detalles. Mis inicios en el medio artístico, como a casi todas, me causaron problemas familiares; se imaginaban que era un ambiente insano, malvado. La que lucha por sobresalir sabe bien la importancia de respetarse a sí misma, dándose su lugar y sabiendo lo que se desea en la vida, no corre ningún peligro. Yo creo que lo importante no es el sitio, sino uno mismo”.
La hermosa aspirante a actriz no pasaría inadvertida para una agencia de publicidad, que la escogió como imagen de una línea de productos de belleza de consumo masivo. Se hace locutora y presentadora de dichos comerciales, que en aquella época -los años 50- se hacían en vivo. De esta manera terminarían sus problemas económicos. Estuvo en eso dos años, pero no estaba satisfecha. Su meta era ser actriz.
“Corría el año 1956 -recuerda Tirado en su libro- (...) Era entonces director general de Radio Caracas Televisión don Amable Espina, el mismo que le brindaría la soñada oportunidad de actuar en dramáticos, comenzando por pequeñas partes en telenovelas, hasta la protagonización, que llega de parte del productor y director René Estévez, dentro de la serie ‘Ciclorama’, en ‘Los pasos en el tejado’, una hora de suspenso que la reveló magníficamente bien al lado del veterano Francisco Ferrari. Después de esto ya no pudo parar’.
A partir de 1964, recuerda Tirado, se convirtió “en la más consecuente de nuestras actrices por espacio de diez años, en que de lunes a viernes la veíamos a través de los canales de Rctv con sus novelas ‘Más allá del horizonte’, ‘Enamorada’, ‘Renzo el gitano’, ‘Corazón salvaje’ y tantas otras inolvidables, como ‘La hija del dolor’ y ‘La tirana’, y ni hablar de ‘Historia de tres hermanas’, una teleserie que dirigió José Antonio Ferrara, junto a otras dos grandes, Eva Blanco y Doris Wells”.Cuando estaba en el momento de mayor popularidad, tuvo un “impasse” con Radio Caracas TV, que la despidió sin que mediaran mayores argumentos de peso para hacerlo. La actriz, apoyada por el Sindicato de Radio y Televisión, procedió a demandar y ganó el litigio en los tribunales, pero esto le valió un veto por parte de los canales comerciales, que durante largos años la silenciaron y se negaron a contratarla. Reapareció ya en la década de los 80 en el canal 8 de Venezolana de Televisión, en donde realizó varias telenovelas, con carácter de actriz invitada, hasta que -levantado el veto- Venevisión la contrata para la telenovela “Kaína”, de César Miguel Rondón. En La Colina participaría en otros teledramas, entre ellos, “Quirpa de tres mujeres”, “Todo por tu amor”, “Amantes de luna llena” y “Las González”.
En los años de retiro forzoso de la TV, Eva Moreno se dedicó a trabajar en las radionovelas de Radio Rumbos, en películas y en numerosas obras de teatro. Ricardo Tirado lo relata:“Dilecta del dramaturgo y director Román Chalbaud en las tablas, hace sus primeras protagonizaciones en ‘Deseo bajo los olmos’, de Eugene O’Neill, con sus piezas propias ‘Sagrado y obsceno’, ‘Los ángeles terribles’, en diversas temporadas; tocándole estrenar ‘La magnolia inválida’ en 1993. También con Chalbaud filma ‘Chévere o la victoria de Wellington’. Otras películas suyas fueron ‘Acosada’, que estelarizó la vedette argentina Libertad Leblanc, dirigida en 1962 por Alberto Dubois; ‘El disco rojo’, protagonista absoluta, 1965, dirigida por Amador del Villar, haciendo pareja con Rolando Peña. No volviendo a la pantalla grande sino en participaciones especiales como ‘Manón’, de Chalbaud, y ‘Con el corazón en la mano’, de Mauricio Wallerstein, del nuevo cine venezolano, ganando varios premios como actriz de reparto, ya en la década de los 80”.
“Se confiesa ganada por el teatro. Realiza ‘La noche de la basura’, junto a Gustavo Rodríguez; ‘Cena para dos’, comedia de Santiago Moncada, con dirección del también actor Javier Vidal, y una curiosa como original pieza representada en cuatro temporadas en las pistas de auténticos night-clubs, con total interacción del público asistente: ‘A 2,50 la cubalibre’, original de Ibrahim Guerra, quien también la dirigió”. Más recientemente participaría en varias presentaciones de los “Monólogos de la vagina”, bajo la dirección de Héctor Manrique.
Fuente: http://www.cadenaglobal.com/mastercanales.asp?pgm=aquilino.
Nota: No pedí permiso para publicar esta columna, pero pido perdón por publicarla en mi blog, es tan hermosa que no podía dejarla pasar.
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