FUSIONES. La herencia melódica de antepasados
Los negros dejaron una diversidad de tambores. Los españoles dejaron el mayor legado musical. Mientras que los indígenas preservan las maracas.
Los españoles hace más de 500 años llegaron con la guitarra renacentista, el piano, el arpa clásica y el laúd (instrumento más grande y alargado que el cuatro, que tiene tres cuerdas). Pero el ingenio de criollos los multiplicó. Se dio paso al cuatro, al arpa llanera, el furro, que fue inspirado en el tambor zambomba (similar, sólo que la base era de barro y cuero) y la bandola, en varias versiones, entre otros instrumentos.
Los negros con sus tambores y sus distintos golpes impregnaron de sabrosura las notas melódicas, que en cada región del país tienen una significación distinta, según la fecha de celebración.
El principal y, tal vez el único, aporte de los indígenas son las maracas; pues el resto de los instrumentos que artesanalmente hacían —en su mayoría de viento— los tocaban sólo en rituales, actos religiosos o para tratar de imitar el sonido de la naturaleza.
Las hipótesis que asoman el origen de cada uno de los instrumentos que en la actualidad se conocen son diversas. Los investigadores manejan versiones que, en muchos casos, no coinciden. En este trabajo presentamos algunas realizadas por cultores y especialistas venezolanos.
Colonizadores y esclavos en su estadía en estas tierras trajeron sus culturas, que mezcladas entre sí y con la criolla generaron la riqueza musical y de raza que hoy día tiene América y, por supuesto, Venezuela.
Fuente: Diario Panorama (http://www.panodi.com/)
Texto: Mercedes Contreras
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