jueves, febrero 16, 2006

SUMITO ESTÉVEZ: UN CHEF EMPEÑADO EN ENSEÑAR A COMER BIEN

“Un cachito a media mañana engorda más que uno a las 7:00 am”
Si bien la presión social por verse bien rige las costumbres alimenticias de muchas personas, los errores que conllevan a la delgadez también pueden perjudicar la salud. Tanto los glotones como los poco alimentados terminan pagando las consecuencias tarde o temprano. Para Sumito Estévez la clave se resume en seis normas que reveló para las lectoras de Eme


CYNTHIA RODRÍGUEZ rodriguezperaza@gmail.com

FOTOGRAFÍA: OMAR PONCE LEÓN





Sumito dice que ya no se siente tan “papiado”, que más bien es ahora un flaco. Pero lo dice relajado, sin sombra de resentimiento. “Es porque ya entendí que uno debe tener el cuerpo que puede tener y no el que quiere”, explica. Esta norma no es para nada conformista.
Todo lo contrario: alcanzar el estado general que estamos diseñados para tener requiere disciplina y una revisión constante de lo que comemos.
Sin embargo, la recompensa no es sólo la sensación de verse mejor ante el espejo. Eso, es tal vez la parte visible de una buena salud, que debe ser la meta a seguir por cualquier humano que se tenga en buena estima.
Claro está, que Sumito no siempre fue un seguidor de los principios que hoy profesa. “Esto tiene un origen familiar. Tanto mi mamá, como mi papá han sufrido deterioros físicos producto de problemas con su alimentación. En primer lugar, de hecho, me sentí culpable.
Pensaba que yo cocinaba para seducir paladares, pero lo que yo hacía enfermaba a la gente.
Después me di cuenta de que esto no era así. Si un enólogo hace un vino estupendo, lo hace para el disfrute de la gente; si alguien se vuelve alcohólico, la culpa no es del enólogo”. Entonces Sumito entendió que, si bien comer es uno de los placeres más completos a los que los humanos tenemos acceso, está de nuestra parte observar y entender qué es lo que comemos y qué efecto tiene en nuestros organismos.
Así fue como Sumito llegó a estas reglas de oro.
Su evangelio ha tenido mucho éxito entre quienes han tenido la oportunidad de conocerlo. Pero Sumito hace una advertencia importante: “El hecho de que yo dé estas recomendaciones no quiere decir que yo nunca haya hecho un plato que se salga de esas normas.
Yo cocino para el placer. La gente tiene que saber que si hoy se da un gusto (que se lo puede dar, claro está), mañana hace los ajustes necesarios para volver a las normas”.
Sumito desmitifica que haya alimentos prohibidos:“Puedes comer lo que quieras, no hay nada prohibido.
Los huevos no son malos, lo malo es comerlos todos los días. Tenemos una visión muy occidental de tachar las cosas como ‘malas’, pero nos negamos a ver que lo malo son las combinaciones que hacemos”.
Como se sabe, Sumito también es profesor de cocina. En el Instituto Culinario de Caracas –que dirige junto a Héctor Romero– imparte conocimientos a muchos jóvenes que seguramente ocuparán las cocinas de unos años futuros. “No hay mucho interés en la juventud por este tema de cuidarse. El mensaje de estas normas creo que va más bien a los padres de niños pequeños: Hay que enseñar a los niños a comer bien, a veces haciendo trampas, pero siempre vigilando que no sean ellos quienes deciden qué comer, sino los padres, que finalmente son quienes quieren lo mejor para ellos”. O sea, si tiene que contrabandear una zanahoria, un brócoli o unas vainitas para que su hijo coma balanceadamente, tal vez parezca una manía digna de Bree (la Desperate Housewife pelirroja), pero a la larga les estará haciendo un favor.

LAS SEIS REGLAS DE SUMITO PARA COMER BIEN






REVISTA EME - Jueves 16 de Febrero de 2006
EME/26 Entrevista

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