Es el único representante de Venezuela en los Juegos de invierno de Turín y el segundo más viejo de todo el evento. A sus 52 años, Werner Hoeger mantiene viva la pasión por la velocidad que consigue sobre un trineo.
"El Luge es arriesgado, me gusta el reto. Un buen lanzamiento es una gran satisfacción. No siento la velocidad cuando estoy sobre la pista y lograr dominar el trineo es parte de la satisfacción", señaló Hoeger expresando la sensación que tiene cuando se desliza a más de 100 kilómetors por hora sin más protección que su pericia.
Nuestro tricolor nacional se encontrará representado únicamente por él en Turín, su competición es una de las más desconocidas y además, con 52 años, es el segundo más viejo de los participantes de los Juegos. Por ello, Hoeger está ya acostumbrado a los medios. En Salt Lake City 2002 se convirtió junto a su hijo Christopher en los primeros padre e hijo en competir en unos Juegos.
"Fue un halago poder competir con mi hijo. No estábamos preparados para tanta atención de los medios", reconoció . En Turín estará solo, su hijo, que en Salt Lake City tenía 17 años e inició con 19 años su misión para la iglesia mormona, de la que la familia forma parte, y no tuvo tiempo de estar en Italia. Pero no descarta prepararse para la próxima cita.
Hoeger, de padre alemán y madre austriaca, es profesor de fisiología deportiva y vive con su familia en Estados Unidos. Nació en Mérida, empezó en el deporte con la gimnasia, por lo que llegó a recibir una beca para ir a Utah. Pero su nivel técnico no era suficientemente bueno como para llegar a los Juegos. Perdió toda esperanza hasta que su compatriota Iginia Boccalandro compitió en Luge en Nagano 1998.
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