domingo, septiembre 25, 2011

Christian Vásquez, nuevos retos


Con apenas 26 años,  ya ha sido asistente de Zubin Mehta y ha compartido el podio con Simon Rattle. Nominado al prestigioso Anillo de Beethoven 2011 ­y convocado para dirigir casi una decena de orquestas este año­, prepara su batuta para nuevos retos

La batuta ascendente de Christian Vásquez. El director de orquesta venezolano,conversa con Todo en Domingo sobre su apretada agenda.

Magaly Rodríguez mrodriguez@el-nacional.com ­
Fotografías Marcel Cifuentes marcelcifuentes@gmail.com





El silencio del encierro antes de salir a escena le crispa los nervios.


Cuando Christian Vásquez se prepara para dirigir, es poco probable que lo encuentren místicamente concentrado en su camerino, pidiéndole protección a las musas o al espíritu del compositor de turno. "No puedo estar ahí metido. Prefiero salir al pasillo y caminarlo de arriba abajo o ponerme a hablar con cualquiera. También tengo que ir al baño antes de salir. Eso de quedarme vestido y solo, esperando, no me gusta". Sin embargo, quienes lo rodean se dirigen a él con la misma reverencia y le dicen "maestro" hasta para ofrecerle un vaso de agua. A sus 26 años, el título está bien merecido cuando se tiene una carrera ascendente que lo ha llevado a dirigir cada vez más orquestas de renombre y un cronograma que su agente inglés no para de actualizar.

El año pasado fue fructífero e implacable. Su momento estelar fue una gira europea entre septiembre y octubre con la Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño.

En la Philharmonie de Berlín ­sede de la reputadísima Orquesta Filarmónica de Berlín­ condujo un concierto en conjunto con el director Simon Rattle. "La gente estaba vuelta loca y nos pedían que les lanzáramos las chaquetas. No lo podíamos creer, era como un sueño". Vásquez y su combo también deleitaron audiencias en el Konzerthaus de Viena, el Concertgebouw de Ámsterdam, el Royal Festival Hall de Londres y el Auditorio Nacional de Madrid. Además, fueron invitados a participar en el Festival Beethoven de Bonn, donde obtuvieron cinco minutos de ovación de una audiencia de 1.600 personas.




En el acto, Vásquez fue nominado para recibir el anillo de Beethoven, el mismo premio que Gustavo Dudamel recibiera en su primera edición en 2005. "Todo lo anunciaron en alemán y cuando me lo tradujeron, no podía ni hablar... La sola nominación ya es muy emocionante", dice ansioso sobre el anuncio del ganador, que se dará a conocer este año. Mientras tanto, le espera una agenda intensa.

Es director musical de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Aragua José Félix Ribas y de la Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño. En Suecia, será director invitado por tres años para conducir la Orquesta Sinfónica de Gävle y en mayo tiene planificado visitar Japón por tres semanas en una gira con la Sinfónica de Praga. En junio dirigirá la de Stavanger, en Noruega, y a finales de año trabajará con agrupaciones de Suráfrica e Israel. La Orquesta Nacional de España también lo espera en octubre, donde se hará acompañar por el contrabajista venezolano Edicson Ruiz.

Gloria al bravo Christian.

"Méteme, mamá. Anda, méteme".

Cada vez que Nancy Utrera pasaba con el mayor de sus hijos frente a la aragüeña escuela de música de San Sebastián de los Reyes, sabía que le esperaba el mismo jalón en el brazo y el mismo grillito. "Desde chiquito le gustaba bailar y tocar cosas. Lo inscribí a los 8 años en el coro y flauta dulce, y a los 9 en violín. A los 12 ya estaba en la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela", relata ella. Entre los 14 y los 17 años, Vásquez tocó también en la Orquesta Sinfónica de Guárico, e integró la fila de segundos violines de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar hasta el año pasado. Sin embargo, sus coqueteos con la batuta comenzaron a los 16, cuando un director le pidió conducir el Himno nacional. "Cuando me subí al podio me sentí grande de una forma bonita", recuerda Vásquez. Su romance con la batuta se enserió en marzo de 2006, cuando José Antonio Abreu lo vio conducir y le ofreció darle clases particulares de dirección. ¿No cayó en pánico? "¡Claro! Pero le dije que sí", sonríe. "Es un gran privilegio. Como maestro es muy estricto, pero brillante. Todavía me da clases y me corrige cosas. Baja los hombros, sube los codos".

En 2008, Vásquez debutó como director en la sala Ríos Reyna con la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar. Entre sus manos estaban los matices de la 2da Sinfonía de Mahler. "En ese momento, la orquesta tenía 300 personas y el coro, 600. Estaba muy asustado", concede. "Pero si no hubiera sido por ese concierto, no me habrían salido varias invitaciones para dirigir fuera". Desde entonces, su carrera se convirtió en una seguidilla de momentos en los que su talento lo ha llevado al lugar indicado. Ese año Gustavo Dudamel le pidió que fuera su asistente para unos conciertos con la Orquesta Filarmónica de Radio Francia, la cual ha vuelto a dirigir en varias ocasiones más. También asistió a Zubin Mehta, quien luego lo recomendó como director invitado para un par de conciertos con la Orquesta Filarmónica de Israel en Tel Aviv y Haifa.

Ha llevado la batuta de la Filarmónica de Turkus, en Finlandia, y de la Sinfónica de Bruselas, entre otras. "Sueño con dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín y la de Viena", confiesa. ¿Qué ocurre cada vez que le toca subirse a un podio nuevo? "Si es la primera vez, los músicos primero lo investigan a uno en Internet. Que les avisen que los va a dirigir un venezolano les llama la atención; también tiene que ver el hecho de que uno todavía es muy joven y está dirigiendo orquestas con músicos que tienen de 30 a 60 años, y cuando ven que uno trabaja con alegría y les inyecta entusiasmo, les encanta".

Sin embargo, reconoce que su secreto es estudiar el repertorio una y otra vez. "Si no llegas preparado, la orquesta se da cuenta enseguida y ya no hay mucha de esa química que es imprescindible para que el director pueda hacer bien su trabajo. También es importante saber ensayar, porque si no los músicos se fastidian. Saber cuándo echar un chistecito ayuda bastante".


Ni más, ni menos.

"Como director, Christian es detallista. Sabe muy bien lo que quiere, pero no se siente más que el resto. No es un director al que no puedas llegarle y sugerirle algo", dice el violinista William González, quien reconoce que las comparaciones con Dudamel nunca faltan.

Vásquez no se acompleja con el tema. "Gustavo ha sido un boom en todo el mundo y nos ha abierto a Diego Matheuz y a mí muchas puertas. Sí me han dicho en otras orquestas de afuera que dirigimos parecido, pero tiene sentido porque venimos del mismo profesor. Que me comparen con él es un lujo. Triste sería que me compararan con alguien malo, ¿no? (risas). Siempre es un honor, aunque cada quien tiene su estilo". Lo de ganarse indulgencias con escapulario ajeno no es lo suyo. "Una vez le preguntaron eso en una entrevista, si se sentía un segundo Gustavo Dudamel", recuerda William González. "Y el contestó: No sé. Yo me siento el primer Christian".

Con una vida cada vez más agitada, Vásquez cuenta que en los últimos dos años se ha hecho más difícil que pase un mes corrido en Venezuela. Novia no tiene, aunque se sonroja un poco al confesar que está saliendo con alguien. "Es complicado pasar tiempo juntos, pero si hay buena comunicación y uno se quiere, se trata de compartir lo más que se pueda. Cuando pasas tiempo sin esa persona tienes más oportunidad de extrañarla y cuando la vuelves a ver es más emocionante porque hay más cosas que compartir". Su mamá, cuenta, es quien no supera del todo despedirse de él. "Cada vez que me voy, llora. Está orgullosísima de mí, pero a eso no se acostumbra". Ella lo admite. "Christian se fue de la casa a estudiar para Caracas cuando tenía 17 años y vivió con unos compañeros músicos en Parque Central. A veces me llamaba por teléfono para preguntarme cómo se hacía el arroz", se ríe. "Yo sí creo que a él le va a ir siempre bien. La música es su vida y estudia muchísimo. Cuando viene a visitarnos, si no está aquí en la casa es porque está dando talleres en la orquesta de San Sebastián".

Hace unos años, cuando se le preguntó para esta revista cuál era su objetivo al dirigir, Vásquez deseaba que el público que oyera a esa orquesta más nunca la olvidara. "Que la música los remueva, los toque bien adentro". Sin remordimientos, Vásquez asegura que no extraña el violín. "Cuando empecé a dirigir me di cuenta de que el violín ya no era igual de personal para expresarme. En cambio en el podio no me da pena sudar, brincar, gesticular, gritar. Ahí me siento más yo, más libre. La batuta no suena, pero me dejo llevar por la música para que los músicos puedan transmitirla también". Desmelenarse hasta el último zarpazo es lo que más lo llena de energía. "Cuando se acaba un concierto termino con ganas de comer, de salir, de bailar. La música me da vida", asegura. "Termino cansado pero eléctrico, no sé cómo explicarlo. Termino feliz".






Fuente: Revista Todo en Domingo



Christian Vásquez es nombrado Director Musical de la Orquesta Sinfónica de Stavanger

22-Sep 03:38 pm|El-Nacional.com

“Estoy muy contento de poder representar a mi país como parte de la obra que el maestro José Antonio Abreu ha realizado durante 37 años”, expresó Vásquez


Christian Vásquez, director musical de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, realizará una importante gira como director principal invitado de la Sinfónica de Gävle, Suecia y ahora, acaba de ser nombrado director musical de la Orquesta Sinfónica de Stavanger, anuncio que fue realizado este jueves 22 de septiembre en una rueda de prensa que tuvo lugar en la ciudad de Stavanger, Noruega.

“Estoy muy contento de poder representar a mi país como parte de la obra que el maestro José Antonio Abreu ha realizado durante 37 años. Es un privilegio muy grande y agradezco a la directiva de la Sinfónica de Stavanger por esta oportunidad”, expresó emocionado Vásquez, quien tomará el cargo a mediados de 2013.

El director admitió su encanto por trabajar con la Orquesta Sinfónica de Stavanger, la cual considera tiene un nivel “excepcional”.

Vásquez ha sido formado desde niño en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, perteneciente a la Fundación Musical Simón Bolívar.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Orquesta de Stavanger, Trude Marit Risnes, consideró como una “excelente opción” tener a Christian como director.

“Queremos ser una orquesta pionera, constantemente estamos luchando por mantenernos actualizados en todos los niveles, así que tiene mucho sentido escoger a un director que represente una generación naciente”, agregó Risnes en tono entusiasta.

El director artístico de la orquesta escandinava, Arne Almroth, afirmó que “están fascinados de sentirse asociados con uno de los directores musicales más prometedores del mundo”.

Vásquez regresará pronto a Venezuela a celebrar este logro con sus compañeros de El Sistema. Cumplirá importantes compromisos con la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, la Sinfónica Juvenil de Caracas y la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela.

Internacionalmente también cumplirá compromisos con Orquestas en España, Sudáfrica e Israel en el trimestre final de 2011.



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domingo, septiembre 18, 2011

David Deibis, make up artist de talla internacional

Su arte logra reflejar el alma de las personas en sus rostros. Como si fuesen un lienzo, David Deibis dibuja en ellos la belleza, con unos toques de la propia personalidad de quienes se exponen a sus pinceladas.

María Carolina Sánchez — @marykarols 
Fotografía: Marcel Boldú
Revista Sala de Espera

Su humildad y talento, lo han llevado a recorrer el mundo junto a reconocidas personalidades

David llega a Caracas a estudiar Publicidad y Mercadeo, y comienza a desempeñarse como asistente de Luigi Ratino, en la agencia L?Altro Uomo. “Ya yo conocía a modelos como Jacqueline Aguilera, Dayra Lambis, Claudia La Gatta y Daniela Kosán, y sugerí desarrollar el departamento femenino en la agencia, que inicialmente sólo manejaba el masculino”.

Es Ratino quien descubre en él el arte del maquillaje, y quien le regala los primeros implementos. Aunque comenta que no fue sencillo en un principio, desde el primer momento, destacó con su trabajo.






Un giro a la historia

Un buen amigo, un idioma y un poco de suerte, marcaron el debut de Deibis en la firma Versace, nada más y nada menos que en Italia. Cabe destacar que la ciudad favorita del artista desde niño, es Roma. Desde entonces, inició un aprendizaje que lo llevaría a destacarse fuera de nuestras fronteras.

Una vez que regresa, se abren otras puertas. Miguel Herrera, maquillador artístico de Chanel, cuando asciende a trainer le propone asistir a una entrevista, y así comienza a trabajar con ellos. Siete años más tarde, expresa que se siente comprometido de corazón; tiene trabajos freelance fuera del país, paralelamente a su unión con Lancôme, con quienes realiza editoriales y portadas en Venezuela, entre otros proyectos.

Entre reinas y personalidades

David ha trabajado dos veces con la organización Miss Universo, y acompañó por un año entero a Justine Pasek, una panameña que ostentó dicho título. Sin embargo, no ha sido maquillador oficial de la Organización Miss Venezuela, con la excepción de Federica Guzmán y Hannely Quintero, quienes lo exigieron en sus reinados.

Una campaña que lo marcó fue la de Chanel No 5, con Nicole Kidman. “Me di cuenta de que la gente mientras más grande es, es más humilde. Mi mayor enseñanza fue como ser humano”.

Entre las experiencias con venezolanas que destaca se encuentran las de Patricia Velásquez, Daniela Kosán, Camila Canabal, Claudia Moreno y Dayana Mendoza.




Raíces andinas


Boconó es el lugar que lo vio nacer. Afirma que sus raíces trujillanas se ven reflejadas en la humildad que busca mantener en todo momento. De alguna manera se siente valenciano, porque en esa ciudad nacieron sus relaciones públicas y sociales.

Su madre ha sido una inspiración en su carrera artística. “Ella fue una de las primeras mujeres que representó a Venezuela en el concurso Señora del Mundo, y lo ganó en México. Crecí viendo moda y viajes”.

Simplemente David…

Este personaje tiene una sensibilidad especial para dar con el look ideal, y es querido por las famosas por su personalidad y talento. Además de celebridades, también trabaja con todo tipo de clientes y dicta talleres.

-¿A qué maquilladores admiras?

-A Luis Guillermo Duque, me guío por ese camino.

-¿A quiénes podrías agradecer en tu carrera profesional?

-Luigi Ratino, mi papá en el medio; Miguel Herrera, de Chanel y Lionel Ling, alguien que me hizo creer en mí. Y el pilar, la familia. Mi madre es mi ejemplo, y mi hermana mayor, Danniza, es mi centro, cómplice y madre de mis sobrinos, Daniela y Antonio Alejandro.

-¿Tu mayor orgullo?

-Mi hija Andrea Paulina. Vive en Canadá y tiene 16 años. Es el fruto de mi primer amor. Me siento muy identificado con ella.

-¿Creencias?

-Lo que más me ha atrapado ha sido la kabbalah, creo firmemente en la causa y efecto, aunque confío en la Virgen de Guadalupe.

Sueños por cumplir

Crear algo que lleve mi nombre y mi sello profesional.



Revista Sala de Espera

domingo, septiembre 11, 2011

Precoz virtuosismo venezolano

Recibieron un don, lo descubrieron muy temprano y se han dedicado a cultivarlo, convirtiéndose, en su primera década de vida, en referencias dentro del campo en el que se desempeñan con brillo.
Apenas cruzan los 10 años de edad y ya destacan en las
letras, la múscia y la actuación. Son venezolanos y son niños prodigio



Paula Ortiz Vidal portiz@cadena-capriles.com
Revista Dominical

José Luis Alvaray, purum pum pam


Basta googlear su nombre o, mejor aún, cambiar esta búsqueda por la de “el volcán del Caribe”, como mejor se le conoce, para encontrar un video, entre otros, en el que este pequeño barinés de 9 años de edad aparece en el web show de Daniel Martínez, siendo presentado nada más y nada menos que por el maestro del Guajeo, Alfredo Naranjo.
¿Y de dónde tanto reconocimiento? José Luis entró al Sistema Nacional de las Orquesta y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela a los 5 años. Como a muchos niños de su edad, se le dio un violín para que empezara sus estudios musicales, pero él quería otra cosa. Desde niño, cuenta su mamá, volteaba las ollas para tocarlas como si se tratara de una batería o unos timbales.
Se enamoró en aquel tiempo del sonido de la percusión e inmediatamente pasó a estas filas en la orquesta. Un día, mientras tocaba la marimba alegre y diestramente, un compañero mayor que él lo apodó “El volcán del Caribe”. Así se quedó y cuando le preguntan si le gusta hacer bastante ruido, él, tímidamente, responde que sí.
Ser seleccionado entre 5.000 niños del país para formar una nueva orquesta nacional no es una sorpresa para este niño que se ha acostumbrado a los éxitos. Sin embargo, “él es muy serio con lo que hace”, cuenta su mamá y asegura que dice tajantemente “yo no voy a tocar”, cuando llega a una fiesta y hay un conjunto.

Nathaly Barrios, érase una vez…

Como es normal, a los 5 años Nathaly Barrios ya leía. Pero es a los 8 cuando comenzó un interés irrefrenable por la lectura dramatizada que la ha llevado a cultivar un extenso currículo de estudios y presentaciones (mayor que el de muchos otros niños de su edad e, incluso, que algunos adultos). Nathaly es una yaracuyana de 11 años que ha dedicado casi la mitad de su vida a asistir a clases de locución, protocolo, poesía y oratoria y, habiendo alcanzado niveles avanzados, se ha dedicado a contar cuentos para niños, mayores y menores, sus padres, participando en la pantalla chica como animadora de un segmento que fomenta los valores en una estación regional.
Entre las actividades de una tarde normal, como hacer la tarea, investigar en la computadora o jugar con su hermano, no falta el repaso de cuentos. Un día decidió buscar en Internet cómo se escribe un poema. Luego de leer sobre sus estructuras, se sentó y el resultado fue un verso de amor (para el que se inspiró en un amiguito de un campamento) de 22 estrofas. “Aunque fue puro cariño de amistad, lo hice así como si fuera algo más allá”, aclara rapidito pero sin nada de pena. Ya su blog está ideado. Ahí publicará sus poesías y cuentos que comenzó a escribir el año pasado y diversos ensayos.



Rosmel Bustamante, escena 1, toma 2

Un profesor de inglés se dio cuenta de sus dotes histriónicas cuando éste tenía apenas 4 años. Entonces, decidió llevarlo a él y a una amiguita al taller actoral de Carlos Moreno, en Parque Central. “A ella (su amiguita) no le gustó y se fue, yo sí me quedé”, cuenta a los 11 años Rosmel.
Su debut en las tablas se dio casi inmediatamente y su mamá notó el interés del niño por la actuación. Con mucho nerviosismo, pero mucha emoción, se repetía “no me puedo equivocar, no me puedo equivocar” cuando iniciaba su primera interpretación en la obra “Un regalo de navidad”. Este fue su inicio, el que suelen tener todos los actores, dice él. Ese que se da siempre atrás y al frente de un telón.
Los proyectos no han parado desde entonces. Y, como es normal en Venezuela, donde grandes y pequeños formatos se unen, Rosmel pasó de ser actor de cine y teatro a protagonizar comerciales de Farmatodo, Oreo (versión navideña), Bon Bon Bum y muchos otros. Ahora tiene al aire uno de tiendas Traki.
Su primera participación en una novela se dio a los 6 años –“si no recuerdo mal”, acota-, con un pequeño personaje en “Calle luna, calle sol”. Pero esto fue solo el inicio. Luego vino “Tomasa, te quiero” y ahora es el turno de “Natalia del Mar”. Pero, ¿qué es lo que más le gusta hacer? No se decide. Dice una opción, luego otra y otra. Al final, le gusta actuar y ya.
Ahora se dedica a seguir aprendiendo técnicas mientras trabaja (especialmente cuando tiene que llorar). Y si se le pregunta como quién quiere ser, este hombrecito responde enérgicamente: “¡wow!, hay tanta gente aquí genial, tantos actores reconocidos”. Sin embargo lo piensa y escoge a Víctor Cámara.


Agenda apretada
Tanto Rosmel como el Volcán se han acostumbrado a hacer parte de su vida en el carro y corriendo debido a los compromisos que ajustan su tiempo. Ambos salen del colegio y a veces les toca cambiarse en el vehículo o irse con el uniforme del colegio. Sin embargo, no les preocupa. “Si esto es lo que decidí hacer, ¿por qué me cansaría?”, razona maduramente Rosmel.
El actor, por ejemplo, normalmente graba la novela todas las tardes en el estudio. Pero cuando se trata de exteriores y en la mañana, sus profesores del colegio le dan permiso y lo ayudan a recuperar los temas que pierde. La tarea nunca se la mandan de un día para otro. Así que eso le ayuda y se tranquiliza al respecto.
José Luis, por su parte, sale del colegio a mediodía, su mamá corre para que almuerce y empiece sus clases a las 2. Termina alrededor de las 6 de la tarde (a veces después si tiene ensayo) y llega a casa a hacer la tarea o a clases de ciclismo, actividad que ha decidido fomentar como deporte y distracción.
El futuro
“Cuando crezca voy a ser piloto y director de orquesta”, asegura esté volcán que tiene ya 4 años activo. Habla como un niño, pero suena convencido al decir que quiere ser como Dudamel o el Maestro Abreu, pero que también admira al director Christian Vásquez y a su profesor Acuario Zambrano.
Aunque Nathaly se ha presentado ante más de 900 personas en vivo cuando no había cumplido ni los 10 años, ni ella ni sus padres han dejado de lado la búsqueda de nuevas fortalezas. Es en este descubrimiento que ha decidido estudiar Medicina, Comunicación Social y Diseño.
Rosmel también ha decidido continuar con su vocación. De niño pensaba en otras carreras, cuenta, e imaginaba ser corredor de autos. “Todo lo que piensa un niño chico”, ríe ahora que ha decidido ser actor, director y productor de cine, televisión y por supuesto de teatro, donde comenzó y a lo que agradece el haber tenido todas estas oportunidades que se le han presentado.

Alfredo Naranjo y José Luís Alvaray (Volcán del caribe)



¿Porque a Jose Luis Alvaray le dicen el volcan del Caribe? 


Rueda de prensa - Rosmel Bustamante

http://www.youtube.com/watch?v=KuDw5qnosk8

domingo, septiembre 04, 2011

Oswaldo Vigas y sus miradas

Oswaldo Vigas es uno de los artistas venezolanos de mayor trascendencia y figuración internacional. Nacido en Valencia, Venezuela, en 1926; se inicia tempranamente en las artes plásticas. Vivió de cerca la aparición de varios “ismos” de la pintura como el surrealismo y el cubismo y desarrolló un lenguaje propio. Hoy por hoy, y con motivo de una retrospectiva sobre su trabajo, que es llevada a cabo en La Costa Azul francesa, nos aproximamos a su vivencia y perspectivas.


Por José Antonio Parra — Fotografía Jorge Pineda
Revista Sala de Espera 


- Hoy en día, ¿cuál es su perspectiva del fenómeno del arte?


- La función del arte en primer lugar es “trascender”. En el arte pretendemos ir más allá de la muerte, así que el arte tiende a ser eterno. Y ante el arte el tiempo se contrae.

- ¿Qué lo llevó a usted a iniciarse en el arte? ¿Cuál fue su llamado?

- Yo tenía 15 años cuando me inicié como artista. Hacía mi obra sin que me interesara nada más, ni siquiera si la iba a vender o no, pero ocurría que la vendía. Entonces me dije: Caramba, eso quiere decir que yo puedo vivir de esto.

- ¿Usted vivió el fenómeno del cubismo y la aparición del abstraccionismo geométrico?

- Mira, a mí nunca me interesaron las escuelas. Yo no sé a qué escuela pertenezco, ni me interesa. Ninguna de las obras que yo guardo pertenecen a una escuela específica.

- Pero hay un lenguaje que es de Oswaldo Vigas

- Eso es lo que me interesa, porque es mi lenguaje lo que hace que la gente se interese en él.

- ¿Cómo expresaría usted su propio lenguaje?
- Mi lenguaje está basado en la naturaleza. Me interesa el ser humano, me interesa la gente, me interesan las caras de la gente, los cuerpos de la gente, me interesa la forma de la naturaleza y el paisaje, me interesan los pájaros y las flores, me interesa todo lo que existe; los colibríes, los acures, los puercos, todos me interesan. Yo creo en la vida.

- Usted tiene una profunda visión mística y trascendente, recuerdo que hace diez año usted dijo: “Dios habla por la boca de los locos”.

- Así es.

- ¿A qué buenos amigos recuerda?


-Imagínate; allí está uno, Guayasamín, que era mi tocayo (mientras sonríe y señala una pieza de ese artista que forma parte de su colección). Él era un ser muy vital, muy desprendido, y muy querido. Y no creía más que en él mismo. Muy ególatra.

- ¿Y su experiencia con Pablo Picasso?

- Bueno ese era otro ególatra, otro ególatra más grande todavía que Guayasamín.

- ¿Y en relación a Jean Cocteau?

- Jean Cocteau era sobre todo un poeta (…)

- ¿Cuál período de la historia del arte le interesa?

- El actual, porque es muy grande y muy variado. El arte contemporáneo ocupa mucho espacio. Desde las artes decorativas y efímeras hasta las más trascendentes.

- Pero allí está la diferencia entre un artista y un artesano. Es lo que yo veo.

- Bueno, el arte se hace con las manos. Y todo lo que se hace con las manos tiene la experiencia del hombre que lo hace (…)

- ¿Cómo es un día a día de Oswaldo Vigas?

- Es sobretodo pensar lo que estoy haciendo. Me interesan muchas cosas; como la cocina, por ejemplo. Ella fue la primera forma de arte del ser humano, porque su propósito es la alimentación. Cocinar es un arte que me interesa mucho. También me interesa el arte de la literatura y la poesía.

- ¿Qué poeta le gusta?

- En América, Pablo Neruda. También me interesa García Lorca a quien he gozado mucho y leído desde los años 40.

- Pero curioso que usted se identifique con el modernismo y no con el surrealismo

- Me interesó mucho el surrealismo y el dibujo espontáneo; o sin pensar, en el que se deja que la mano trabaje sola, automática. Me interesa porque revela los aspectos más escondidos del ser. Por eso me interesa. Sin embargo, hay una forma de arte que no me interesa, como el arte tecnológico. Yo creo que eso no es arte. Son expresiones del ser humano, pero no son arte.

- ¿Cómo ve el futuro del arte?

- Será siempre eterno. No se acabará nunca.

Oswaldo Vigas ha realizado más de un centenar de exposiciones, entre individuales y colectivas. Ha representado dignamente al país en eventos internacionales y está representado en relevantes colecciones de arte públicas y privadas.