jueves, marzo 15, 2012

En torno a Alirio Palacios

La obra de Alirio Palacios está enmarcada en el espíritu de los antiguos maestros del zen. Este artista nacido en Tucupita acumula una experiencia real y profunda en el camino del grabado, que en su caso adopta la particularidad de hacerse híbrido con la pintura. Su lenguaje es tan sutil como lo es la milenaria tradición china de la xilografía, en la que el maestro se forma desde el año de 1961 hasta 1966.



Por José Antonio Parra
Revista Sala de Espera




Quizá a partir de su vivencia en el lejano oriente, Palacios agudiza un intimismo muy exquisito. Su uso de tonos grises y oscuros desdibuja al paisaje para transformarse en un “peculiar” abstraccionismo. En efecto, el artista se inició tempranamente en el paisajismo para irse pronto apartando de éste. En esa rítmica de lo abstracto, el color puede llegar a abruptas exuberancias de lo oscuro. Es la hechura del alma de una manera vibrante.

Sus tópicos reinauguran la fuerza de lo bestial visto a través de caballos, bestias sobrias en actitudes casi contemplativas. En ello se pone de manifiesto un inconsciente que se mueve y se desplaza para abordar al mundo en actitud contemplativa. En otros casos, se observan serenos perfiles de mujeres situadas en un contexto cromático muy singular y que le da un cierto toque de exotismo.

Pero volviendo al grabado como punto central de su trabajo, Alirio Palacios ha abordado esta modalidad desde diferentes miradas y técnicas. Así, aparte de haber estado en la China, estuvo en Polonia donde estudió grabado sobre metal y litografía en la Universidad de Varsovia. Posteriormente en Alemania y en Suiza profundizó sobre esta técnica para luego, en el año de 1974, regresar a Polonia y ahondar en el grabado a través del estudio de la técnica de mezzotinta o grabado a la manera negra, en el que los tonos blancos se consiguen al ir matizando al tono negro originario en la plancha de grabado.



Se puede hablar ciertamente de un misticismo en la vivencia y obra de Alirio Palacios por estar volcada su experiencia hacia lo sagrado. En esta línea, en el año de 1987 fue adscrito a la misión permanente de Venezuela ante la ONU como ministro consejero cultural y en esta posición el artista realizó un viaje de investigación a Nepal e India para observar a los escultores en piedra del templo de Khajuraho. Esa mirada puesta en el oficio, más que en la creación explosiva es a lo que me refiero como vivencia y ejecución de lo místico. Y es que este desentrañamiento de lo atávico le llevó a una “arqueología” del arte religioso, tal y como se puso en evidencia en su viaje a Java para estudiar las esculturas en piedra del templo de Borobudur. De la misma forma, el artista se dirigió a Egipto, de modo de indagar en el Gran Museo de esculturas en piedra en la ciudad de El Cairo.

La rigurosidad y lo meticuloso de la obra de Alirio Palacios constituyen una de las facetas privilegiadas del arte venezolano en la contemporaneidad, una obra que condensa 50 años de trayectoria artística, celebración de la mística y la vivencia.

Fuente:
Revista Sala de Espera


 Alirio Palacios  (Tucupita 7 de diciembre de 1938-Caracas 11 de septiembre de  2015)

 El artista deja un legado de creaciones y sus reconocidos caballos. Nació en 1938 en una población llamada Volcán, cerca de Tucupita, capital de Delta Amacuro. Tras estudiar de 1954 a 1960 en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, se convertiría en el ser cosmopolita que representa a Venezuela en el VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en Viena, Austria (1959), para luego vivir y crear -que para él era lo mismo- en Italia, Hungría, China, Moscú, Polonia, Suiza y Nueva York, ciudad que compartía con Caracas como residencia en la actualidad.

"Nueva York es para mí una fuente importante del arte contemporáneo y del arte tradicional. Es una ciudad que tiene posibilidades para todas las cosas estables del arte, para crear, para trabajar bella y libremente con gran belleza", opinaba sobre la urbe estadounidense. No obstante, se quedaba con Venezuela, "me gusta mucho mi país", dijo a El Universal.

"Veo la seriedad de un artista que se compromete con problemas del arte muy complicados", afirmaba.



Diario El Universal
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1 comentario:

Boho dijo...

Que belleza de obras!! orgullo de Venezuela...
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