Desde los 14 años, Marianela escribe historias de fi cción, principalmente cuentos y relatos. "Asistí a los talleres literarios de Laura Antillano en Valencia, de Eduardo Liendo en la UCAB y a los talleres de narrativa que se imparten en el Celarg con Osvaldo Trejo.
Siempre me ha fascinado el arte de contar historias".
Antes de adoptar la realización de guiones como profesión, Marianela ejerció el periodismo en Venezuela, cubriendo la fuente de sucesos. "Resulta devastador contemplar la tragedia y estar en contacto directo con personas golpeadas por la violencia, especialmente cuando la indiferencia y la impunidad son la norma". Sin embargo, esa experiencia despertó en ella el deseo de narrar acontecimientos desde otro punto de vista, explorando lo que ocurre en el interior de las personas en momentos oscuros y difíciles, a diferencia de la mirada más objetiva y distante del periodismo.
El reto de creer en uno mismo En 1998, Marianela se muda a Inglaterra. Estudia inglés por un año y luego cursa estudios de guión y dirección cinematográfi ca en la National Film and Television School. "Allí me di cuenta de que el sueño de hacer cine podía convertirse en realidad. Durante mis días en la escuela escribí muchos cortos de fi cción y aprendí a trabajar en equipo, pues el cine es esencialmente un arte colectivo. Después de la graduación en 2002, intenté encontrar trabajo en la industria, pero resultó bastante difícil, así que me dediqué a toda clase de actividades: trabajé como vendedora en una tienda, acomodadora en un cine, mesera y traductora, mientras al mismo tiempo desarrollaba proyectos cinematográfi cos”.
Su suerte cambió cuando dos de los cortometrajes que escribió y dirigió fueron aceptados en el Festival de Cannes. “Parte de mi trabajo fue reconocido internacionalmente.
Poco a poco encontré empleo como guionista en algunos proyectos interesantes y, además, gané un par de becas de estudios. En 2006 participé en el programa de residencia de escritura del Festival de Cannes y viví durante cinco meses en París compartiendo e intercambiando ideas con cineastas de distintas partes del mundo. Regresé a Londres a fi nales de 2006, donde volví a establecerme.
Al principio, fue muy difícil escribir en otro idioma; pasaba horas traduciendo y buscando palabras en el diccionario. Por eso me decidí por la animación, donde los diálogos y las historias tienden a ser menos realistas. Siempre me ha interesado la literatura fantástica y me parece que la animación resulta un medio ideal para desarrollar historias de este tipo”.
Su mundo real
“Robin –mi pareja– y yo hemos vivido juntos por ocho años. Compartimos la pasión por el cine, la literatura y la música. Él también es cineasta y escritor, y se gana la vida dirigiendo videos musicales y trabajando en series de animación.
Ahora tenemos una bebita de un mes, llamada Theodora Dune.“Para un guionista, la experiencia vital siempre es parte esencial en cualquier proceso de creación. Sin embargo, muchas veces, no escribo directamente de manera autobiográfi ca, sino que intento traducir esa experiencia en personajes y situaciones fantásticas.
Puedo decir que mis fortalezas son tener mucha disciplina, trabajar con tenacidad, ser optimista ante las adversidades de la vida y mantenerme curiosa ante el mundo que me rodea.
Desde que me mudé a Europa todo ha sido un gran reto, desde escribir en otra lengua hasta tener que sobrevivir en una de las ciudades más costosas del mundo, pero me parece que si se cree en uno mismo, es posible superar cualquier obstáculo”.
"Fue muy difícil escribir en otro idioma; pasaba horas traduciendo y buscando palabras en el diccionario"
Fuente: Revista EME
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