Camilo Pino nunca imaginó que su novela podría ser la ganadora del fastuoso “XV Premio Carolina Coronado de Novela, de Almendralejo” de España. Una noticia que le alegró la vida a más de un venezolano este sábado por la mañana, cuando la agencia de noticias EFE difundió que por unanimidad, el jurado presidido por la escritora española Espido Freire seleccionó la obra de este venezolano, entre un total 131 concurrentes.
“Ahorita estoy alucinado y sorprendido, como cuando te dilatan la pupila”, dijo Pino. Su novela será publicada por la editorial “Pretextos” y presentada el año que viene en Almendralejo.
En una entrevista exclusiva para lapatilla.com, Camilo cuenta la historia de cómo escribió su novela. Y es que Camilo es hijo de Elías Pino Iturrieta: hijo de gato, caza ratón.
lapatilla.com entrevistó a Camilo Pino vía telefónica. Vive en Miami, Estados Unidos, desde hace 11 años. Este viernes, pasada la tarde, recibió la llamada de un español. Pensó “no tengo nada que ver con el resultado del juego (del Mundial)”, pero la voz con acento le dijo: “habéis ganado el premio”, ríe, imitando la voz del español que le dio la grata noticia.
Para este venezolano de 39 años, el premio Carolina Coronado es una sorpresa. Pero lo que más le sorprende es que la gente en España “haya leído” su novela. “No sólo la leyeron, sino que con cada línea se pegaban más”. No perdieron el interés, por lo apasionante del tema.
Todavía digiriendo la emoción de haber ganado el premio, cuenta que “todo arranca en un momento en que todo el mundo tiene que renunciar, hay una peste, invasión de zamuros y es política, soldados marihuaneros, cosas por un lado como muy ligeras, pero muy trágicas”, dice.
Comenzó a escribir hace unos 3 años, cuando tenía tiempo “pero después se volvió como una obsesión, tanto, que le dediqué mis vacaciones, mis mañanas libres…el último manuscrito fue en marzo”, recuerda.
Hasta que un día, buscó los concursos en internet una editorial que no fuese demasiado grande, y “Pretexto” le pareció ” una editorial buena”. Y pensó que como tenían “libros muy bonitos y muy respetados”, creyó que podía tener oportunidad de ganar el premio Carolina Coronado, porque además tenían un buen jurado, y él, ” una historia más o menos interesante”.
Explica que escribió sobre El Caracazo, “porque la verdad es que me marcó muchísimo”. Estaba con un amigo en la Univesidad Central de Venezuela (UCV) con su amigo Carlos Palacios y el hermano de un amigo. “Cuando ví todo desde el techo de la ucevé (UCV) que todo era humo, por toda la ciudad”. Cree que ese es el momento cuando se define todo. “Todo comienza ahí, desde lo que ha pasado con la presidencia y con nuestra generación un poco perdida”, sentencia.
De ahí sale su novela, con “mucho drama y confusión,como una historia apocalíptica, como si el mundo se fuera a acabar, pero no se acaba”. Para Pino, el famoso viernes negro de la época de Luis Herrera Campins, fue una cosa “muy abstracta”, por eso cree que “Venezuela sería diferente, si no hubiese existido el 27 de febrero de 1989″.
Cuenta que la segunda sección de su obra “son puras llamadas telefónicas, la vida se mueve alrededor del teléfono, y todo se convierte en un gran rumor”. Y trata de recuperar “esas voces: viejas, políticas, de padres..”
La trama
“Valle Zamuro” es la primera obra de Camilo Pino, “un Bildungsroman ambientado en la Venezuela de 1989, durante la explosión social, conocida como El Caracazo”. El proceso de maduración del joven Alejandro Roca es el centro de gravedad de la novela.
Un desencuentro amoroso y el terremoto social del 27 de febrero tienen un efecto transformador en la vida del protagonista. Una historia de fondo, sobre una invasión de aves de rapiña, cobra progresivamente dimensiones apocalípticas y eventualmente se confunde con los disturbios del Caracazo.
Una línea narrativa paralela, sobre el fracaso de una comuna hippie, se establece como puente entre las fantasías de Alejandro y el desenlace final.
Valle Zamuro sumerge al lector en un mundo descarnado y lo regresa
enriquecido por una experiencia de valor colectivo, pero el viaje dista de ser una caída libre. Se trata, más bien, de un recorrido entre sentimientos encontrados, una montaña rusa que pasa de lo cómico a lo trágico, de lo ridículo a lo sublime.
Un juez prófugo, un soldado drogadicto, ciegos por elección propia, ancianas vigilantes, el mundo de Valle Zamuro está mutando, y nada ni nadie es lo que Valle Zamuro ofrece.
Una mirada sincera sobre la juventud y la ciudad latinoamericana. A veces valiente, a veces pueril. Una novela en la que el protagonista se enfrenta a tabúes y convicciones sociales, y en el proceso involucra emocionalmente a sus protagonistas.
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