El tenor es el primer venezolano en debutar en uno de los más importantes teatros de ópera del mundo. La Scala de Milán lo recibió el viernes 9 de febrero de 2007 en su papel de Pinkerton, en Madame Butterfly, la representación recibe 25 minutos de ovación
MARÍA GABRIELA MÉNDEZ
EL UNIVERSAL
De pequeño, contó en una entrevista el tenor venezolano Aquiles Machado, se empeñó en ir a Acapulco. Su insistencia fue tal que los padres lo complacieron llevándolo a Barranquilla y haciéndole creer que estaban en México. Quizás la misma insistencia que se impuso a sí mismo para dar lo mejor de su talento y llegar adonde todos los cantantes de ópera quieren llegar: a la Scala de Milán.
"Cuando una persona no tiene algo y lo quiere con todas sus fuerzas lo conseguirá", dijo en otra entrevista mucho antes de que ocurriera su éxito en el codiciado aforo milanés el viernes: su debut con el personaje de Pinkerton en la obra Madame Butterfly. Aún emocionado por la noche anterior, accedió a una conversación telefónica.
-Estoy muy emocionado. Primero porque he trabajado muchísimo para llegar hasta aquí. Estoy contento por lo que ocurrió ayer: tuvimos 25 minutos de aplausos. Fue un éxito personal. Toda la producción fue acogida con mucho cariño. Es un público que tiene fama de ser frío y creo que esa cantidad de aplausos no es una cosa que pase muy frecuentemente en la Scala. Nos dijeron que en esta temporada no había pasado ni una vez
-Una vez dijo: "Tengo un inmenso complejo de inferioridad que me hace pensar que siempre lo hago mal". ¿Ha cambiado de opinión?
-No crea. Todavía hay muchas oportunidades de poner un pie izquierdo sobre lo que uno hace. Lo que hay que hacer es no desconcentrarse y seguir consciente de que somos humanos. Lo importante es hacer las cosas mejor todos los días porque en esa medida tiene menos posibilidades de recibir tomatazos, que es lo más peligroso de este trabajo y hay gente que tiene muy buena puntería.
-¿Y después de la Scala?
-En lo profesional la Scala es o era en un momento el punto culminante de muchos artistas. Pero en lo artístico me queda todo por hacer. La cuestión no está en venir y cantar en la Scala sino mantener ese nivel y cada vez cantar mejor. Hacer las cosas mejor, que el trabajo tenga la dimensión de lo que es la Scala. Y, sobre todo, tener la capacidad de ver dónde se evoluciona y dónde están los errores.
-Se plantea dar clases?
-Estamos tratando de hacer una labor modesta en Barquisimeto con la Fundación Ars Viva porque los recursos son pocos y es difícil conseguir apoyo para la ópera que suena en Venezuela como música de marcianos. Estamos tratando de ayudar a jóvenes para que desarrollen esa inquietud que nace en la gente y que no tiene nada que ver con desarraigos.
-¿Hay muchos jóvenes interesados en el canto lírico?
-Sí, claro. No sólo interesados sino con muchísimo talento. Creo que debería haber un apoyo continuado en otros sectores. Ya los conservatorios y las orquestas hacen un trabajo excepcional. Pero en el canto es diferente, se necesita una estructura que aún no existe. El maestro Abreu (José Antonio) hizo un trabajo estupendo. Sería fantástico que eso ocurriera con la lírica. Que se pudiera desarrollar un movimiento así de grande. Ya no estaríamos escribiendo que Aquiles Machado debuta en la Scala sino que se escribirían artículos en todo el planeta diciendo que fulano debuta en el Teresa Carreño.
-Hay quienes opinan que el futuro de la música está en Latinoamérica. ¿Cuál es el aporte de Venezuela?
-Ha hecho un gran aporte porque es donde los talentos musicales están recibiendo mayor apoyo en las orquestas y eso se siente en la calidad de los jóvenes. Veo cosas muy interesantes en las letras, en la plástica, en la música pop.
-En un país violento, ¿qué rol tiene la música?
-Es sencillo: es muy difícil cargar al mismo tiempo una pistola y una tuba. La música cumple esa función social de educar y alejar a la gente de las dificultades de la marginalidad.
-Tiene en proyecto grabar algo similar a lo que hizo con Aquiles Báez?
-Sí, Aquiles y yo tenemos intención de hacer un segundo disco. Tratando un poco como tomadura de pelo de otros estilos. Esperemos que se dé pronto. Cuando vaya a Venezuela tendremos que sentarnos a discutir en serio y en broma.
-Se cumplirán 10 años de haber ganado el concurso Cardiff Singer of the World, ¿cuál es el balance?
-Me he comportado con mi carrera como un pitbull: he intentado morder el trabajo que hago de una forma y no soltarlo y querer trabajar constantemente con ese mordisco, sacándole el máximo de provecho y no dejando que se escape lo que con tanta dificultad he ido ganando. Agradezco muchísimo a todas las personas que me han ayudado, a mis maestros, pero no se puede decir que haya tenido una carrera fácil. Lo más importante es mantenerse con los pies en la tierra y trabajando todos los días.
-¿Qué ha sido lo más difícil de su carrera?
-Es una suma de cosas: estar lejos de la familia, del país que quieres, de no poder desarrollar una familia por la profesión, tener que vivir en un medio que cada día se transforma en una algo que no había pensado: te das cuenta de todas las cosas que influyen y que no tienen que ver con cantar bien sino con patrocinios, con sponsor, son cosas duras que uno aprende a manejarlas. Gracias a Dios, nunca he tenido necesidad de acudir a eso para llegar a los teatros que quiero. Llego más tarde, me cuesta más, pero al final llego. Eso lo aprendí de todos mis maestros, llevar este trabajo con mucha dignidad.
-¿Sucesor de Pavarotti?
-El sucesor de Pavarotti nace todos los días. Lo han dicho de mí, lo han dicho de Juan Diego Flórez, de Marcelo Álvarez, de Rolando Villazón. Sigo viendo a Pavarotti vivo, no creo que Pavarotti tenga ningún sucesor. Pavarotti es Pavarotti y lo será por siempre. Me siento muy orgulloso de que me comparen con una figura como él pero que le estén buscando sucesor me parece un poco morboso y raro.
Hitos
1998. Debuta en el Teatro Real de Madrid con "La Bohéme".
2003. Triunfa en el Teatro Real de Madrid con "Fausto". Es el primer venezolano en debutar en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
2007. La agencia italiana Ansa escribe: "Aplausos como hace tiempo no había en la Scala", por "Madame Butterfly".
Fuente: El Universal
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