domingo, septiembre 30, 2007

Postales de Leningrado, película venezolana ganadora del premio "Abrazo" en el Festival de Biarritz

Bajo la dirección de Mariana Rondón, el viernes 7 de septiembre llega a las salasdel país este film que registra lo que fue la lucha armada clandestina nacionalde los sesenta y setenta desde la óptica de una niña.





Por Pablo Blanco.
pblanco@eluniversal.com

Postales: Cortesía Sudaca Films

Caracas es una ciudad fiestera. En las pulcras calles del centro la gente celebra el Carnaval. El desfilede reinas y seres anónimos ataviados con máscaras contagia su entusiasmo. La multitud se divierte y no para de bailar al ritmo de tambores y trompetas. Una voz en off narra, en perfecto inglés, las maravillas de vivir en una metrópoli como ésta. Corre el año 1966 y, cuando la música cesa, una niña comienza a relatar su propia historia. La pequeña —de quien nunca se menciona el nombre— también habla de disfraces, pero no de los que adornaban la fiesta carnestolenda. Ella, más bien, recuerda las múltiples identidades que su familia tuvo que adoptar por estar involucrada en lo que fue el movimiento guerrillero venezolano de los años sesenta y principios de los setenta. La voz cuenta, paralelamente, las vivencias de Teo, su primo, quien sólo tenía noticias de su mamá cada vez que llegaba una postaldesde una ciudad llamada Leningrado: "Un lugar desde el quelos padres nunca vuelven". Así comienza la trama de Postales de Leningrado, una película dirigida por la venezolana Mariana Rondón, la misma realizadora del laureado cortometraje Calle22, de 1994, y de la cinta A la media noche y media, de 1999.Sirvan, pues, las postales para que Mariana construya el relatode esta experiencia.
El cuento pendiente
"Yo empecé a hacer los primeros trazosde esta película hace 10 años. No la pude terminar sino hasta ahora. Es el problema de no disponer de grandes presupuestos.Que haya coincidido con el momento político que vivimos actualmente es totalmente azaroso. Hay quien me ha señalado que la temática es muy vigente, pero no creo que sea así del todo. Estamos hablando de 1966, y en 40 años la vida cambia. Lo que pasa es que nunca vamosa entender nuestros presentes si no revisamos quiénes somos y de dónde venimos. Hubo gente que, durante miproceso de investigación, me preguntaba: '¿Y es que aquí hubo guerrilla?'. Y cabe la pregunta porque eso no se enseña en los colegios. Quien estuvo ajeno a ese contexto no tiene por qué saberlo, porque sólo revisamos el imaginario de los próceres idealizados. Las historias de los países siempre dejan asignaturas pendientes y esta es una de ellas. En todo caso, Postales de Leningrado es un cuento que yo tenía pendiente conmigo misma como hija de padres guerrilleros; de hecho, es una película bastante autobiográfica. Es lo que nos tocó vivir a mí y a mis primos desde pequeños. Nací exacta-mente como se cuenta en la trama: mi madre, a quien estaba buscandola policía, me dio a luz en un hospital de Barquisimeto. Se me antojó nacer unDía de las Madres y me sacaron en la primera plana del periódico, lo cual nos pusoal descubierto. Desde entonces tuvimos que empezar a huir. Huimoshasta que vino el momento de la pacificación, por el año 1971".
Las memorias
"No tenía ganas de ser veraz sino más bien de respetar mis propios recuerdos como me llegaran, de manera torpe o desordenada. Lo más importantes es que tuvieran esa estructura de pensamiento humano, de quien va de un ladoa otro, de quien no termina de descifrar un acertijo. Busquéla estética de los sesenta, la delpop. Necesitaba algo que reflejara el estallido visual que significó esa década, el cual coexistía conlo que era el estallido político. Hago muchas referencias al cómic, al collage. De hecho, la película tiene 50 minutosde intervenciones gráficas. El tema musical Hasta siempre, comandante, por ejemplo, es de 1959, pero está versionado con acordes del pop-rock actual, para darle la dimensión que tenía en esa época. Otra referencia importante para mí durante este proceso fue la escritora belga Amélie Nothomb, de quien estuve revisandoalgunos libros sobre la infancia. ¿Las postales? Sí, conservo muchísimas de un Leningrado falso, aunque también algunas auténticas, porque sí era usual que algunos de los que estaban en el movimiento viajaran a la Unión Soviética. Como puede verse en la película, esos objetos conforman el único contacto padre-hijo. Además, son la única evidencia de que —como diría Milan Kundera— 'la vida está en otra parte', de que la existencia no consistía, solamente, en esconderse y visitar la cárcel sino que había un refugio… Quizás en la imaginación. Una de las que másme impactó tenía unos niños jugando con la nieve. Y cuando mis padres me decían que iban a cambiar el mundo yo pensaba que lo iban a hacer para que nevara más".


El juego "Cuando yo les preguntaba a mispadres por qué nos cambiábamos tanto el nombre, me resumían la situación diciéndome: 'Nosotros creemosque hay que cambiar cosas que no nosgustan y a la policía eso no le parece correcto. Por esonos están buscando'.Y yo siempre sabía cuándo las cosasno andaban bien, tenía esa certeza, pero no se los decía. Por eso aprovecho la película para contar todo lo que no conté en ese momento. Para mí era como jugar al escondite. Recuerdo que así lo veían, también, algunos de mis compañeritos del colegio que estaban en la misma situación: 'Vieron a fulano, agarraron a zutano'. Y hoy en día me pregunto hasta qué punto mis padres, que en ese momento tenían apenas 20 años, no lo veían también como un juego. Y no lo digo por juzgarlos. De cualquier forma, fue algo que marcó mi manera de ver la vida. Y es un poco la vía que encontré para darle forma a mi discurso cinematográfico, siempre basado en estructuras y lenguajes en relación con el juego. A lo mejor es una reinterpretación del género policial. Porque, en esencia, un policial es unjuego de acertijos".
Del rodaje
"Fueron siete semanas de filmación. Estuvimos en la capital de Mérida y también en un pueblo musical de los Andes merideños llamado Mesa de los Indios. Fue un rodaje supertranquilo, aunque parecíamos un circo (risas). Bueno, creo que todos los rodajes terminan pareciendo un circo. Después de que filmamos en el centrode la ciudad, un montón de adolescentes se vino con nosotrosa la montaña y se le unió gentede todo tipo. Las tomas de la cárcel fueron hechas en una penitenciaría de régimen especial: los presos salen a trabajar de día, pero pasan la noche en la cárcel. Muchos de ellos nos sirvieron de extras. Los niños que aparecen en la película son todos merideños y resultaron ser maravillosos. El caso de William Cifuentes, el niño que hace de Teo, es excepcional. Es hijo de lajefa de casting y fue testigo de todo el proceso de selección. Un día, en vista de que no encontrábamos quién interpretaría ese personaje, dijo: '¡Lo hago yo!'. Y resultó ser extraordinario. Por otro lado, muchos de los amigos que ayudarondurante el proceso de preproducción resultaron ser hijos de guerrilleros. Me enteréa medida que me lo decían ellos mismos. La productora de la película, Marité Ugas, aprovechó la ocasión para registrar sus testimonios y hacer el documental Los hijos de la guerrilla, que será estrenado paralelamente con la película. Mis padresya vieron Postales de Leningrado, pero aún no me han dichoni una sola palabra al respecto".
pblanco@eluniversal.com

Postales de Leningrado llegará al Oscar con un "Abrazo"



La cinta venezolana “Postales de Leningrado", realizada por la directora Mariana Rondón, obtuvo este sábado el premio al mejor largometraje del Festival de cine de América Latina de Biarritz.

El filme que muestra la visión de dos niños sobre la realidad venezolana en el contexto de las guerrillas de los años 60, se impuso a otras nueve películas de México, Colombia, Argentina, Brasil y Cuba que optaban igualmente al principal premio del certamen.

Esta película representará a Venezuela en la próxima edición de los premios de la Academia, los Oscar. Desde acá nuestras felicitaciones para ese maravilloso equipo.





Fuentes:

Revista Estampas

Revista Galería


RCTV Internacional

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me conmueve mucho , espero ver la pelicula que precisamente la retoma el Cine Muro (Bogotá) en el resumen del 2009, me dieron muchas más ganas de verla al leer este articulo, supongo que no se aleja de la realidad que se vive o e vivió en Colombia en la época de la violencia y el surgimiento de la Guerrilla..muchas gracias talento venezolano... aún somos hermanos..