martes, octubre 30, 2007

José Antonio Abreu gana el premio "Don Juan de Borbón de la Música".








El director de orquesta venezolano José Antonio Abreu, artífice en su país de una red nacional de orquestas infantiles y juveniles, ganó el premio "Don Juan de Borbón de la Música".


El galardón, dotado con unos 81.000 dólares, se entregará el 21 de junio en el Alcázar de Segovia, con la presencia de el Principe de Asturias Felipe de Borbon, miembro de la Casa Real española y presidente de honor de la fundación que honra la figura de su abuelo paterno.






El jurado destacó la creación, por parte de Abreu, de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, una red de orquestas infantiles, juveniles y coros que involucra a cerca de 250.000 jóvenes músicos.


La presidenta del jurado fue la ganadora del año pasado, la pianista portuguesa Maria Joao Pires, quien subrayó en rueda de prensa la gran dimensión humana que adquiere este premio porque el movimiento de Abreu "es una esperanza para el mundo".



"En el mundo en el que vivimos, lleno de problemas que no podemos solucionar, Abreu aporta un remedio que supone una revolución pacífica como la que lidera en Venezuela" vinculando a los jóvenes con la música, añadió Pires.


El sistema ideado por el director venezolano ha sido modelo para otros países de Latinoamérica y el Caribe, y ha sido merecedor de reconocimientos nacionales e internacionales, entendido como proyecto de música para la acción social.


Pires, que conoce el proyecto de Abreu personalmente, confió en que el premio contribuya a la difusión de su iniciativa en otros lugares del mundo.





José Antonio Abreu, de 68 años, es -según el jurado- un músico de gran fe, fuertes convicciones y calor humano, que ha sabido emprender una tarea que supera el horizonte musical y se inserta en el rescate y formación de la juventud venezolana.
Don Juan de Borbón (1913-1993), padre del actual monarca español e hijo de Alfonso XII, no llegó a reinar debido a que el bando franquista que venció a los republicanos en la guerra civil, en 1939, no restauró la Monarquía.



En su intervención, el Príncipe de Asturias, además de felicitar al galardonado, ensalzó sus cualidades y valores, "junto a su empeño en hacer de la música un motor de transformación pacífica de la sociedad, proporcionando a la juventud iberoamericana una instrucción profesional, una educación moral y un enriquecimiento de la sensibilidad extraordinarias".

Don Felipe tuvo palabras de reconocimiento para la labor desarrollada por Abreu "transformando el rigor, la disciplina y el esfuerzo que requieren la técnica orquestal y la creación de la belleza para contribuir a la plena formación y la inserción social de innumerables jóvenes, que, gracias a nuestro premiado, han llenado su vida de esperanza".

PREMIO COLECTIVO
Por su parte, José Antonio Abreu agradeció el premio, que quiso compartir con todos los profesores, directores y maestros que a lo largo de cuatro décadas han colaborado en la puesta en marcha de un proyecto que ha permitido dar una oportunidad, a través de la formación musical, a decenas de miles de jóvenes y niños con escasos recursos económicos, una iniciativa de la que hoy se benefician 265.000 personas en varios países americanos.

Abreu expresó su convicción de que la misión del arte en la nueva generación "trasciende el horizonte de lo estético para proyectarse, con creciente intensidad, sobre el amplio y vital dominio que abarca, desde la formación humanística integral de la personalidad hasta la plena inserción del joven y del niño, mediante el ejercicio artístico, en una vida social constructiva, ascendente y fecunda".

En su discurso, el músico venezolano, ministro de Cultura con Carlos Andrés Pérez, embajador de Buena Voluntad de la UNESCO y Premio Nobel Alternativo, entre otros galardones, aseguró que uno de los acontecimientos "cruciales que señala el amanecer de este siglo XXI lo constituye, sin duda alguna, el que la Educación artística haya dejado de ser, irreversiblemente, monopolio de élites, para afirmarse, definitivamente, como eminente derecho social de nuestros pueblos".

Para Abreu, las orquestas juveniles e infantiles, son "modelo y escuela insuperable de vida social". "Para jóvenes y niños, hacer música juntos implica convivir entrañablemente, en ánimo de perfección y afán de excelencia, rigurosa disciplina de concertación, sincronía y armónica interdependencia entre voces e instrumentos", añadió.

El músico concluyó su intervención sosteniendo que "de la medida en que, mediante la formación estética y la Educación por el arte, sepamos encender en todos nuestros jóvenes y niños la chispa de la creación, dependerán decisivamente, no sólo la calidad y dignidad de todos los futuros, sino la posibilidad misma de honrar el colosal desafío de acudir al encuentro de la verdad, para abrazarla, finalmente, en la suprema belleza del servicio".




Fuente: Diario El Aragueño

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