Desde hace ya más de 40 años, la parroquia Belén en el municipio Carlos Arvelo, es conocida por su deliciosa y tradicional elaboración de diferentes tipos de quesos, en la que participan desde el principio grupos familiares arraigados en esa hermosa y apacible zona de Carabobo.
Se dice que el pionero en la realización del queso de mano fue José Garóffalo Sandoval, quien de alguna manera dio origen a las queseras en Belén al enseñar su arte a Don Alejandro Ascanio, formando éste una de las fábricas más antiguas mantenidas hasta hoy por su familia.
Pero según la historia que guarda esa población, hacia el año 1847, un grupo de campesinos que habitaba en el valle antes de ser fundado como Belén, conocía el queso como "leche cuajá". Bajo este término, se dice entonces, que los primeros en hacerlo fueron ellos.
Se dice que el pionero en la realización del queso de mano fue José Garóffalo Sandoval, quien de alguna manera dio origen a las queseras en Belén al enseñar su arte a Don Alejandro Ascanio, formando éste una de las fábricas más antiguas mantenidas hasta hoy por su familia.
Pero según la historia que guarda esa población, hacia el año 1847, un grupo de campesinos que habitaba en el valle antes de ser fundado como Belén, conocía el queso como "leche cuajá". Bajo este término, se dice entonces, que los primeros en hacerlo fueron ellos.
Por: Maidel Alejandra Vera M. (Noti Tarde)
Una tradición que se debe rescatar
Al pasar de los años, este producto se convirtió en factor importante y característico de este pueblo, el cual se instaló además dentro de muchas familias como material de trabajo para conseguir el sustento diario.
De aquella influencia que llegó a tener el queso de mano sobre la vida de los belenenses, surgió una significativa iniciativa por parte del señor Angel Emilio Mauro, para que ese trabajo que se había convertido en tradición, no se quedara solamente con la gente del pueblo, sino buscar ir más allá y dar a conocer su delicia artesanal a otras localidades.
Fue así como Mauro decidió ponerle nombre a esa actividad, las "Ferias del Queso de Mano de Belén". Desde ese momento, cada mes de marzo, las ferias se convertían en el lugar perfecto para que visitantes de otros estados, incluso de otros países, conocieran las bondades de esta tierra y la gracia de su gente, teniendo como principal característica, la participación de familias completas, desde la elaboración de los diferentes tipos de queso, hasta la colocación de los puntos de exposición, ventas, música y toros coleados propios de la zona.
LAS QUESERAS
De aquella tradición, que dejó de realizarse hace algunos años, luego del fallecimiento del señor Mauro, sólo quedan los nombres y la unión familiar que durante varios años participaron en su creación. Cada uno sigue fabricando en casa y comercializando de alguna forma sus quesos, pero sin lograr reunirse nuevamente bajo el concepto de las ferias.
Algunas de las queseras que aún se mantienen son las de los Ascanio, Mauro, Zavala, Reina, Cedeño, Montezzano, entre otros. Siendo aproximadamente doce fábricas de queso de mano constituidas propiamente en Belén.
En el caso de La Nueva Quesera, su dueño José Argenis Montezzano, comenta que participó en los años 1989 y 1990, recordando que para ese momento las Ferias se destacaron por ser bastante productivas.
"La Plaza Bolívar era el punto de encuentro para los artesanos y queseros del sector, mientras que la manga de coleo, se convertía en el complemento ideal para animar las exposiciones. Cada fabricante exhibía sus productos, asimismo, la artesanía ocupaba un lugar importante en esos espacios donde todo era fiesta".
Montezzano cuenta, que los quesos que generalmente se presentaban eran el telita, los pasapalos para fiestas, quesos rellenos con jamón, aceitunas y el famoso enrollado de queso que para diciembre es el más buscado. Asimismo, personas de diferentes estados del país asistían a estas Ferias, pero lo más importante, era el beneficio que conseguía este pequeño pueblo.
"Con lo recaudado en las Ferias del Queso de Mano, se lograban rescatar algunas zonas olvidadas por las autoridades, como canchas deportivas, calles y parques", resalta.
SIN PERMISO Y A LA ESPERA
Ahora, según algunos queseros, el factor que más dificulta la continuación de estas ferias belenenses, es conseguir el permiso para poder continuar con esta tradición. Para ello, tienen que esperar la aprobación de la Alcaldía del municipio Carlos Arvelo y de la Gobernación de Carabobo, que para ellos, se hace bastante dificultosa.
Muchos de estos queseros esperan poder retomar la celebración de estas ferias, las cuales además de mostrar lo delicioso y tradicional de su gente, dan a conocer un rincón especial para los turistas, "El balcón de Carabobo".
Fuente: Noti Tarde
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