Un ritmo endiablado en las manos y el corazón. Una descarga del alma que estalló en los timbales y la batería. Ahora, una leyenda. Si decimos Francisco Antonio Hernández Valarín, no decimos mucho. Si decimos el Pavo Frank suena a salsa, a jazz, a Onda Nueva.
El más destacado percusionista venezolano de las últimas décadas murió este martes a los 74 años. Salió de su natal Villa de Cura, estado Aragua, a los 12 años, edad suficiente para tomar clases de batería. Ya a los quince estaba debutando en la orquesta de Manuel Ramos donde lo bautizaron como el Pavo, apodo que ahora se lleva a la eternidad.
El más destacado percusionista venezolano de las últimas décadas murió este martes a los 74 años. Salió de su natal Villa de Cura, estado Aragua, a los 12 años, edad suficiente para tomar clases de batería. Ya a los quince estaba debutando en la orquesta de Manuel Ramos donde lo bautizaron como el Pavo, apodo que ahora se lleva a la eternidad.
El músico aragüeño, cuyo nombre de pila era Francisco Antonio Hernández Valarín, comenzó su carrera musical al tomar clases de batería con Germán Suárez, cuando tenía sólo 12 años.
A los 15 se unió a la orquesta de Manuel Ramos. Sus compañeros le asignaron un apodo por el que sería reconocido durante el resto de su vida: El Pavo Frank.
Para 1953 ya formaba parte la orquesta de Aldemaro Romero, y luego, en una carrera brillante, pudo acompañar a gigantes como Jesús ‘Chucho’ Sanoja, Luis Alfonso Larrain,Tito Puente, ‘El Rey del Timbal’; Dámaso Pérez Prado ‘El Rey del Mambo’; Mongo Santamaría, Machito, Dizzie Gillespie y Chick Corea, máximos exponentes del jazz latino
Fue un largo camino recorrido que tuvo su punto más alto en los años 70, con la Onda Nueva, estilo musical reconocido en todo el mundo y todavía vigente, cuyo corazón rítmico fue ideado y desarrollado por el Pavo Frank para Aldemaro Romero, quien la describió de esta manera: ‘la Onda Nueva no es otra cosa que la sustitución de una orquestación por otra. En vez de arpa, cuatro y maracas; piano, bajo y batería: el trío ideal para tocar música de jazz’. Ese inconfundible golpe de batería fue la creación inmortal del Pavo, su más célebre contribución artística.
Pero los años no perdonan y las enfermedades tampoco. Los últimos años el Pavo se vio forzado al retiro. Tres accidentes cerebrovasculares lo alejaron de las pailas. No pudo continuar caminando derecho porque perdió el equilibrio. Todo dificultó más su ya precaria existencia porque desde hacía mucho tiempo fue perdiendo la vista hasta quedar completamente ciego. Sus necesidades sin embargo estaban medianamente cubiertas porque era pensionado de Venezolana de Televisión, tenía su pensión del Seguro Social y recibía también una cantidad por haber sido declarado Patrimonio Viviente.
Imposible decir que dejó de tocar. Ahora es cuando la batería y el timbal del Pavo Frank sonarán en todo el mundo. Ahora es cuando esas pailas vibrarán con sabor y genialidad.
Hace tres años un grupo de amigos liderizado por Jacques Braunstein organizó un homenaje que se llamó “Un Abrazo para El Pavo” para recaudar fondos, debido a las graves afecciones de salud por las que estaba atravesando el músico, y además por su imposibilidad de seguir trabajando.
La vida del Pavo fue una larga carrera de trabajo, tesón y mucho esfuerzo que logró romper impedimentos físicos hasta llegar a convertirse en uno de los mejores percusionistas venezolanos.
La vida musical de Frank Hernández siempre ha estado vinculada al jazz, y al respecto cabe recordar sus actuaciones en conciertos de este género musical con artistas invitados de los Estados Unidos, a nuestro país, como Barney Keesel y John la Porta. En 1958 se traslada a la ciudad de Nueva York para lo cual contó con la ayuda del gran maestro Tito Puente.
Esta oportunidad le permite ampliar su técnica y experiencia en la batería y estudia con el maestro Henry Adler. En la ciudad de los rascacielos el Pavo actuó junto a Tito Puente y Pérez Prado, pero además pasa a formar parte de la banda de Mongo Santamaria.
Logra además, alternar con grandes del jazz como Frank Raul Grillo “Machito”, Dizzy Gillespie, Chick Corea, Hubert Laws, Jimmy Smith, y Arthur “Art” Blakey. Pero el roce internacional del “Rey del Timbal venezolano” no se quedó solamente en nuestro continente, viaja a Europa y en Londres actuó en el London Palladium, y junto a la Onda Nueva, actúa en París durante un mes en la Torre Eiffel, e igualmente en Atenas, Milano, Lugano, Ginebra, Estocolmo y Goteborg,
La vida del Pavo no se concretó solo a su trabajo como instrumentista sino que dedicó parte importante de su tiempo a participar como ponente, conferencista y colaborador en encuentros didácticos de músicos percusionistas. Durante años desempeñó una labor docente a través de distintos centros comunitarios de formación y capacitación del Area Metropolitana de Caracas, y desde 1996 hasta el año 2000, fue docente de percusión de niños de la calle. Tiene una publicación que se llama “El Ritmo de la Onda Nueva”, que es un método para batería, publicado en 1993 por la Asociación de Músicos Percusionistas.
Hay muchas cosas que se pudieran escribir sobre este músico nativo de Villa de Cura y que llegó a convertirse en el “Rey del Timbal venezolano”, la historia le pertenece, ahora es una leyenda.
Fuentes:
El pavo Frank
El pavo Frank Hernandez
El rey del timbal
Addio Frank El Pavo Hernandez
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario