domingo, junio 19, 2011

Ana Lucrecía Garcia a la Scala de Milán

El  22 de junio la venezolana debutó en el papel de “La Odabella” en la Ópera Atilla, de Giuseppe Verdi


Por Milvia Piazza
Revista Sala de Espera

Ana Lucrecia García, oriunda de Coro, estado Falcón, se inició como violinista en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, luego pasó a formar parte de las filas de violines de la Orquesta Sinfónica de Venezuela. En 1998, después de descubrir que su verdadera vocación era el canto, se trasladó a España para cursar estudios en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, con Alfredo Kraus y posteriormente con Teresa Berganza.
Ana Lucrecia posee una voz de soprano “lírico spinto”, de timbre oscuro, puede también cantar roles dramáticos como “La Odabella”

- Tus inicios fueron como violinista ¿cómo te diste cuenta que en realidad tu futuro era el canto lírico?

- Lo descubrí el día que canté en público por primera vez (...) noté en las personas que me escuchaban una reacción calurosa, efusiva, les gustaba. Había tanto entusiasmo que me dí cuenta que debía dedicarme a cantar y es la decisión más acertada que he tomado en mi vida.

- ¿Quién descubrió tus dotes canoras?

- Para mí este ¨descubrimiento¨ de cualidades vocales (por llamarlo de alguna forma) tiene dos etapas: La primera en Caracas con Rosita del Castillo, quien me enseñó a dar forma y vida a las primeras arias - composición musical sobre cierto número de versos para que la cante una sola voz- mi primera maestra. A ella le debo mi incursión total al mundo del canto y de la ópera; fue una gran maestra que supo desde el principio lo que era un soprano “lírico spinto”. Fueron unas clases llenas de alegría y entrega; compartía sus conocimientos, su experiencia, su luz. Siempre le estaré agradecida. La segunda etapa la completa Angelo Pagliuca, fue él quien me dio la oportunidad de cantar en público, en un concierto con la Orquesta Sinfónica de Venezuela que él dirigía y de la que yo formaba parte, además, fue un concierto muy emocionante para mí. Siempre llevo en el corazón la reacción calurosa de mis compañeros de la orquesta y del público asistente (...) fue allí cuando tomé la decisión definitiva.

- ¿Cómo llegaste al maestro Alfredo Kraus, y posteriormente a la maestra Berganza?

- En 1998 me fui a estudiar a la Escuela Reina Sofía de Madrid, en España; llegué allí gracias a la maravillosa gestión de Elizabeth Marichal, de la Fundación Cisneros. Ellos me dieron una beca de estudios durante mi primer curso en la escuela con Alfredo Kraus. Cuando él murió, estudié con Teresa Berganza durante los siguientes tres años.

- ¿Cuántos años te quedaste en España y qué hiciste para mantenerte todo ese tiempo?.

- Me quedé 12 años. Para sobrevivir hice algunos conciertos que me permitían ahorrar y poder pagar los gastos. Cuando la cosa estaba apretaba, cantaba en bodas y funerales. Ha sido una experiencia, en algunas ocasiones, terrorífica, pero prefiero quedarme con las cosas buenas y dar gracias a Dios por haber podido salir adelante.

- Finalmente llegó el golpe de suerte que también hace falta como ingrediente principal junto al talento. ¿ A quién conociste que cambió tu destino?

- Cuando salí de Venezuela rumbo a Madrid, sabía, en cierta forma, que no volvería. Seguramente presentía que mi residencia estaba al lado de mi profesión. Gracias a mi actual maestro de canto, Enzo Spatola, conocí al que es ahora mi agente (Img Artists Italy) Ese hecho significó el cambio absoluto de las cosas porque pasé de proyectos a realidades, ya no era sólo la chica con ganas de cantar, sino que ahora tenía la oportunidad de demostrarlo. Gracias a esto he podido entrar en una plaza tan importante como la Arena de Verona, en la que hice siete funciones de “Aida” con gran éxito; y ahora estoy ilusionadísima con mi debut en La Scala de Milán, con “La Odabella de Attila”. Tengo compromisos en la Ópera de Seattle, también con Attila, el Covent Garden de Londres con Nabucco, la Opera de París con Aida, !una maravilla!

- ¿Qué es para ti la ópera?

- Es el motivo por el cual me he esforzado tanto; es la más completa de las manifestaciones artísticas en la que se unen la palabra y la música para hacer llegar al oyente una historia y sentimientos. Para hacer ópera es necesario reunir a mucha gente, la orquesta, los cantantes, el director musical, el director de escena, el escenógrafo, los figurinistas, maquilladores, peluqueros, técnicos de luces, regidores, tramoyistas, entre otros. Es un trabajo que se hace en equipo, es muy bello todo lo que hay detrás del espectáculo, la preparación concienzuda que se realiza hasta ofrecerlo al público, y echar los lagrimones cuando mueren los protagonistas, como Dios manda (risas).

- Ahora que alternas con tantos colegas importantes, que sientes los aplausos del exigente público europeo.Cómo ha cambiado tu vida?

- Después de doce años en un país que no es el propio, teniendo que aprender de nuevo un oficio, buscando la forma de sobrevivir, no se puede ser la misma persona. Obviamente está la base que te da tu hogar y tu entorno familiar; afortunadamente tengo una familia maravillosa que me ha apoyado siempre, siempre. Unos padres que me han inculcado firmes valores de trabajo y honestidad, de humildad y compasión hacia el prójimo, eso me acompañará toda la vida. Pero con los años y la experiencia uno va soltando tonterías. Me refiero a que las cosas se maduran, que no se pueden cometer los mismos errores siempre. Digamos que sigo siendo la misma Ana Lucrecia, pero ahora sé de donde vienen las cosas y lo que hay que hacer con ellas, que no es poco!


Además de los roles antes mencionados, Ana Lucrecia acaba de debutar en el Palau de las Artes Reina Sofía de Valencia, España, en el rol de Elena de la Opera Mefistófeles de Arrigo Boito, con gran éxito de crítica y público y anteriormente hizo lo propio en la Opera de Frankfurt, encarnando a la Isabel de Valois, princesa de Francia, del Don Carlos de Verdi. En Venezuela es esperado su debut en este rol como también en el de Tosca de Puccini, opera que montará el Teatro Teresa Carreño a finales de este año.

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