jueves, octubre 11, 2007

La fiesta de los "musiús"

En El Trompillo, antigua hacienda gomera, hoy convertida en diminuto caserío ubicado en el municipio Carlos Arvelo, estado Carabobo, permanecen asentados, contribuyendo con el progreso del país, apostando a su futuro y mezclando su sangre europea con la criolla, muchos de los inmigrantes llegados allende los mares, quienes huyendo de la barbarie de la guerra tuvieron gran acogida en esta tierra de paz.
Hoy, sus blanquísimas pieles, ojos color de todos los tonos azules del mar que los trajo a nuestras costas, o de negro y profundo como la larga noche que vivieron en el fragor del exterminio de sus pueblos; o marrones como el café que descubrieron en este lado del mundo, ya no son una curiosidad para los grandes y pequeños lugareños que el año 47 observaron llegar a estos seres humanos que con sorprendidas y tristes miradas, se aferraban a una pequeña maleta con pocas pertenencias, pero con un corazón amplio, lleno de sueños y fuerza para emprender un nuevo camino.



Esos "musiús" ya son nuestros. Aquí echaron raíces y tomaron para sí, sin pretensiones, la idiosincrasia criolla, con la sencillez que no han perdido y el enorme sentido de amistad, compromiso y solidaridad que son capaces de expresar quienes enfrentaron a la muerte, han visto desaparecer a sus seres queridos y tenido que abandonar con el corazón partido en mil pedazos sus más queridas pertenencias y su terruño y que conmemoran cada año, el gesto humanitario de Venezuela con una fiesta en la que comparten comida, cultura e idiomas y afianzan los lazos indisolubles de la confraternidad.

Seis décadas de integración


Cási 60 años después, se les quiebra la voz al recordar pasajes de sus vidas. En los recuerdos están grabados indelebles sus aldeas, la nieve, los gélidos ríos y las praderas.
Después de integrarse al paisaje venezolano, los ojos se nublan recordando, pero también al reconocer que en este suelo encontraron patria, que esta Venezuela que los acogió es el país al que pertenecen porque son piezas importantes en nuestro desarrollo económico y cultural.
El escritor Oswaldo Feo Caballero, quien participó en el proceso de recepción y ayuda a los refugiados que llegaron a Carabobo al concluir la II Guerra Mundial, lo reseña en su libro documento titulado: Centro de Recepción de Inmigrantes "El Tomprillo", 1947- 2 de septiembre-1997, editado por la Gobernación del estado Carabobo, al conmemorarse 50 años de esa llegada a El Trompillo, luego que el gobierno de Rómulo Betancourt firmara un convenio con la Organización Internacional de Refugiados.


"General S.D. Sturgis"
También nos cuenta la historia, el profesor Juan de la Cruz Reyes López, quien mantiene estrecha amistad con varios inmigrantes como el señor Franz Willewaldt, quien llegó aquí en plena juventud, tras participar en la guerra, y refiere a viva voz su vivencia y la de otros que llegaron a bordo del "General S.D Sturgis".
El Maestro Reyes escribió el poema "Yo vi llevar el Ancla", que dio nombre al libro de relatos que es una crónica sobre esa travesía, (Editorial Miranda, Villa de Cura, agosto 2004). El poema fue decretado por el alcalde Danilo Montecalvo pieza obligatoria para ser declamada cada año, el Día del Inmigrante.
El 2 de septiembre de 1947 llega por primera vez a Puerto Cabello el contingente "A" de inmigrantes desde el puerto de Bremenhaven en el barco General S.D. Sturgis, con 850 refugiados desplazados de los países beligerantes, quienes fueron conducidos por carretera hasta el Centro de Recepción en El Trompillo. Eran yugoslavos de origen croata, rusos de origen ucraniano, polacos, húngaros, lituanos, griegos, rumanos, austríacos, búlgaros, etonianos y checoslovacos. Carabobo fue el mayor beneficiado de esta corriente inmigratoria. Ellos contribuyeron con las artes: Cine, teatro, danza, ballet clásico. Desarrollo agro-industrial: Agricultores, agrónomos, albañiles, carniceros, médicos, químicos, zapateros, ebanistas, diseñadores, ingenieros, mecánicos, tipógrafos, veterinarios, etc.


Centro de Recepción de Inmigrantes


El Centro de Recepción de Inmigrantes El Trompillo fue propuesto por el ingeniero Emiliano Azcunes, quien años después fue gobernador de Carabobo en el período 1974-1977.
Allí fueron instaladas grandes barracas de cinc un extraño diseño que los lugareños veían por primera vez. Albergaban a 2.500 personas que se renovaban por el ingreso y egreso de usuarios. Había oficina de identificación, colocaciones, asistencia social y médica, estadísticas, comedor, un hospital, escuela y jardín de infancia. La dirección estaba a cargo de Don Roberto Ara Lucena. (Pps.38, 39 y 40) Oswaldo Feo Caballero


La fiesta de los "Musius"


El 2 de octubre de 1947, presidida por Alejandro Feo Caballero, se funda la Sociedad Amigos de los Inmigrantes de Valencia, para trabajar a favor de estas personas que poco a poco fueron integrándose y aportando con la ayuda de insignes carabobeños parte de su cultura. Surgen nombres como el de Nina Nikanorova, creadora de la Escuela de Ballet, con ella, el de muchos otros tomaron auge y hoy son orgullo de sus descendientes.
La Sociedad se encargó de ayudar con el idioma; actividades culturales y de celebrar, dos años después la llegada del primer contingente, con un agasajo el 2 de septiembre de 1949, a 73 niños de los cuales 12 nacidos en El Trompillo, hijos de las 32 familias que residían en el sitio. El 28 de mayo de 1950 en Campo Carabobo la Sociedad y los inmigrantes, trajeados a la usanza de sus países realizaron un acto de agradecimiento con una ofrenda floral al pie del monumento central, con un coro de jóvenes que entonaron estrofas de los himnos de Venezuela y Lituania.
El 10 de diciembre de 1985 es creada la Asociación Venezolana de Inmigrantes, con sede en Valencia, bajo la presidencia del señor Milos Andric con la directiva integrada por José Cabello Calvo, Flavio Fridegotto, Angel Pusnam, Julia Bondarenko, José Martín Pereira, Silvana Pusnam, Don Alfonso Marín, Pedro Casalla Díaz y Manuel Pereira. Instauran el primer domingo de octubre como conmemoración del Día del Inmigrante, primero era en las instalaciones de El Trompillo, donde presentaban actos con bailes y danzas de cada nación, ataviados con vistosos trajes, venta de comidas y bebidas típicas.




En el Club de las Naciones Unidas sigue la fiesta


El Trompillo dejó de ser el Centro de Inmigrantes y en las instalaciones funciona la Escuela Artesanal Miguel Borrás. El sitio de encuentro ahora es el Club Naciones Unidas, una edificación de ladrillos rojos rodeada de verdor y de montañas en la vía entre El Trompillo y Belén, adonde acuden desde diferentes lugares del país los inmigrantes con sus nietos y bisnietos para fundirse en un abrazo, intercambiar recuerdos, y propiciar alguna travesura de Cupido con sus descendientes.
Después de la misa de acción de gracias y la ofrenda floral en la Plaza Bolívar de Güigüe, a las 10 de la mañana y una sesión solemne, trasladan la fiesta al club con sus trajes típicos. Bailan, venden comida, como la que preparan a veces, la señora Josefina de Zekulic y su hija Ana, quienes ofrecen el "Sarma", o hallaca croata, hecha con repollo agrio, carne de res, carne de cerdo y carne ahumada. Comida típica de los yugoslavos; chorizos alemanes, árabes, el gullag, el funche, preferido por Franz Willewaldt, que prepara con manteca, tocineta, harina de maíz crudo y huevo.
Ellos ya no son de otros lugares. Casi tan criollos como la arepa. Los diferencia la fusión de palabras en español con sus idiomas originarios.


Yo vi levar el ancla


Yo vi levar el ancla

Yo viví
siendo muy niño
las tristezas de la guerra,
y tuve que empuñar un arma
y defender a Eslovenia.

Emigrar de mi país
y renunciar al presente,
dejar padres, dejar hermanos
y abandonarme a la suerte,
contemplar el Karavanke
y descender del Triglav,
remontar al río Drava
y venir de más allá.

Llanuras de mi Liubliana
paisaje de Ribnica hermosa,
Alpes de Velike Poljane
Ortnek; mi pueblo,
sus pinos,
sus rosas.

Un fuerte ulular de sirena
mi cuerpo hace estremecer,
cristal de lágrimas mías
transparentes derramé,
Cuando...
Con sello de refugiado
partimos en un bajel;
yo vi levar el ancla
y vi nadar la espuma
y vi como mis quejas
se ocultaban en las brumas
y luego...

Me encontré muy solo
sin tener a quién contar
las penas de este inmigrante
que inicia un peregrinar.

Y apareció tras las nubes
de ese cielo azul porteño;
el Sol de la libertad
Por fin!
se ha cumplido mi sueño.

Desde aquel jueves
2 de septiembre del año 47,
han pasado muchos años
ya no le temo a la muerte;
y trabajo con mis hijos
y jugueteo con mis nietos,
y consulto con mi Leni
para mirar hacia adentro,
y recordar El Trompillo
como cuna de aquel Centro;
con sus plateadas barracas
como un criollo nacimiento.

Güigüe...
Tanto me has dado!
Güigüe...
Qué grande eres!

O como escribiera Francé Preseren
Uno de los eximios poetas eslovenos;
"...Que vivan las naciones del mundo
que ansiosas esperan el día
mientras el Sol, continúa su rumbo..."

Marcos Danilo Montecalvo, alcalde del Municipio Carlos Arvelo, decretó como poema oficial a: "Yo vi levar el ancla", de Juan de la Cruz San Blas, pieza obligatoria para ser declamada el primer domingo del mes de octubre de cada año, en el "Día del Inmigrante". Güigüe: 01-10-96. "Extraordinario".
Decreto: ACA-010-96



Fuente: Noti Tarde

1 comentario:

Marco dijo...

Por favor si es tan amable alguien de decirme como los puedo contactar, pues mi suegro llego en ese barco en 1947 y quiere ver la posibilidad de asistir a estas fiestas, gracias. malz@movistar.net.ve
04141293536