viernes, febrero 15, 2008

Las Chicas del voleibol se fueron Pekín

Un sorprendente salto a las Olimpíadas 2008. Nadie se lo esperaba (ni ellas mismas), pero el 7 de enero en Perú pasaron del puesto 29 del ranking mundial al 12 y se convirtieron en las primeras venezolanas, en este deporte, en clasificar para unos Juegos Olímpicos. Aquí, seis de ellas relatan sus historias, plenas de pasión y sacrificio, mientras posan para Todo en Domingo con maquillaje y en tacones


CARLA CANDIA CASADO ccandia@el-nacional.com
PRODUCCIÓN FRANCIEST POLLER fpoller@el-nacional.com
FOTOGRAFÍAS GUILLERMO FELIZOLA gfphoto180@yahoo.com


Roslandy Acosta, armadora del equipo de voleibol femenino, se lleva las manos a las mejillas en franca señal de asombro, y repite con los ojos brillosos: "No puede ser, no puede ser". La jugadora, de 15 años y 1,90 m de estatura, no se lamenta en la cancha por haber perdido un juego. No. Está de pie frente a un espejo, y la causa de su desconcierto es su imagen reflejada. En lugar del uniforme o del jean, la sudadera ancha, y los zapatos de goma que luce a diario, lleva un vestido beige, ceñido al cuerpo, y el cabello, usualmente preso en una ajustada cola de caballo, está libre y alborotado. Es la tercera vez que la maquillan –la primera fue el día de sus 15 años y la segunda para un programa de televisión– y no puede ocultar la sorpresa que le ocasiona el cambio. Tanto así, que para mirarse por segunda vez, pide que, por favor, la acompañen: "Es que no me reconozco", explica. Las cinco chicas que están con Acosta ese día son, al igual que ella, integrantes de la selección nacional de voleibol.
Ésa de la que algunos sabían muy poco, hasta que el 7 de enero le ganaron al equipo peruano, en el clasificatorio pre-olímpico para las Olimpiadas de Pekín 2008 e hicieron historia, pues se convirtieron en las primeras venezolanas de esta disciplina en clasificar para unos Juegos Olímpicos (en ese momento subieron del puesto 29 del ranking mundial al 12). Horas antes, sus compañeros de la selección masculina, habían alcanzado el mismo logro.

Asdrúbal Delgado, asistente administrativo de la Federación Venezolana de Voleibol, quien funge también como especie de chaperón de las chicas, observó el juego desde Caracas. "En un momento tuve que apagar el televisor por los nervios". Igual, dicen las deportistas, hicieron algunos de sus familiares. Y es que pocos, incluidas ellas mismas, vaticinaron que el equipo iría a los Juegos Olímpicos. "No nos paraban mucho", dice una de ellas al descuido. Pero las cosas han cambiado. Shirley Florian (16) confiesa que, desde que ganaron, la vida se les ha hecho un poco más fácil y explica: "Todas las que estamos aquí no somos de dinero". Génesis Francesco (17) dice que por el Día de la Juventud hicieron un acto en su honor, Luz Delfines (16) asegura que en Maracaibo (su ciudad natal) le otorgarán una copa con su nombre, y María Valero (16) está emocionada porque el gobernador de Barinas (allí se crió) la va a condecorar.

Ahora, seis de las más jóvenes jugadoras de la selección nacional –las seis restantes están jugando en el extranjero– se preparan para iniciar una sesión fotográfica. Al igual que Roslandy Acosta, todas, acostumbradas a un vestir diario más informal, están asombradas con sus transformaciones: la pequeña María Valero (mide 1.64 m) no tenía idea de que su cabello rizado luce mejor en forma de afro; Luz Delfines se enteró de que sus rasgos exóticos, enfatizados por el maquillaje, la hacen lucir más como una modelo que como una deportista; y Daymari Brito (17) juega a levantarse el cuello de su camisa blanca –a lo Elvis Presley– porque dice que así luce más elegante.

Pero sus apariencias no son lo único diferente ese día, también sus rutinas. "La vida en el IND (Instituto Nacional de Deporte) es rutinaria", asegura Shirley Florian. El instituto ha sido, desde hace algunos años, su casa. "Desayunamos como a las 7:00 am, entrenamos hasta las 12:30 m, nos bañamos, cuando nos da tiempo, porque a veces ni nos alcanza, y entramos a clases a la 1:15 pm. A las 6:30 cenamos, y nos vamos de nuevo a entrenar, a veces hasta la medianoche".
Así, queda poco tiempo para algunos placeres cotidianos, como ir a bailar o pasear con el novio.


Por eso, algunas de ellas salen con otros deportistas que pertenecen también al IND. Eso sí, cuando las prácticas terminan, explican las seis, "cada una agarra para su lado". "La verdadera unión se da cuando jugamos", asegura Daymari Brito.



SACRIFICIOS BIEN RECOMPENSADOS


"¿Sabes lo que significa estar ardida en fiebre y no tener a mamá cerca o pasar un 31 de diciembre lejos de casa, cuando todavía eres una niña?", pregunta Asdrúbal Delgado, alias "El Zurdo", quien está al cuidado de las chicas de la selección. "Aquí no hay Carnaval, no hay fiestas, no hay vacaciones", dice Shirley Florian, quien confiesa haber estado alguna vez tentada a decir "ya basta", agarrar sus corotos y regresar a su Maracaibo natal. ¿Que por qué no lo he hecho? La respuesta de Florian es contradictoria y a la vez comprensible: "Porque amo esto". Luz Delfines describe perfectamente la paradoja: "Cuando estoy en el IND me quiero devolver a Maracaibo, y cuando estoy en mi casa me quiero regresar a Caracas a entrenar".



En tres años, bajo el adiestramiento del cubano Tomás Fernández, la selección nacional de voleibol femenino pa só del puesto 79 del ranking mundial, al 29, y posteriormente al 12. "La evolución ha sido muy rápida pero detrás de ese resultado hay muchas horas de práctica.
Durante dos años, todos los días, se levantaron a las 5:30 am y se acostaron a las 12:00 am. La preparación para el preolímpico incluyó 1.256 horas de entrenamiento", dice Fernández, director técnico de la selección, desde Cuba. Antes de los Juegos Olímpicos en agosto, la selección atenderá en el mes de abril a las Olimpiadas del deporte cubano: "La idea es buscar roce internacional y medirse con otros equipos".
Sin embargo, la ilusión de una medalla olímpica en Pekín luce lejana, pues como explica Fernández, a los juegos asisten los mejores equipos del mundo, la mayoría, con una o varias Olimpiadas a cuestas. El verdadero valor está, según él, en asistir y hacer un buen papel. Ellas son conscientes: "Vamos para allá a demostrar todo lo que podamos, no sabemos con quién nos va a tocar (hasta la fecha faltan cuatro equipos por clasificar). Si es con Brasil, Italia o Cuba no tenemos chance", dice por teléfono desde Palma de Mayorca, España, Desiree Glod (25), una de las mayores en el equipo.
El hecho no desanima, ni a las jugadoras ni al entrenador. Tomás Fernández explica que el equipo es muy joven –muchas de sus integrantes pertenecen a las categorías menor y juvenil– y que, por lo general, una jugadora de voleibol alcanza su mejor nivel, usualmente, entre los 22 y los 25 años. El verdadero objetivo es, para él, ganar el Campeonato Suramericano Juvenil en Bolivia y clasificar para el Mundial Juvenil en 2009. "A estas niñas les quedan varias Olimpiadas por delante", remata "El Zurdo".
Y con la misma ilusión con la que se acercan Roslandy Acosta y sus compañeras al espejo para admirar sus transformaciones, asumen su viaje a Pekín.
"Ojalá podamos ganar al menos uno o dos juegos con equipos del mismo nivel que nosotras", añora Luz Fernández.
La sesión de fotos termina, y las chicas, proceden a cambiar el vestuario, por sus ropas usuales. Se quitan sus peinados, se despojan de los tacones, agarran sus balones –los mismos con los que jugarán en Pekín– y se van. Eso sí, el maquillaje no se lo quitan. "Para que se sorprendan en el IND", dice una de ellas con desparpajo.




La más


Aunque cada una ocupa su posición en la cancha, también tienen un lugar en el equipo. Seis de las integrantes de la selección y Asdrúbal Delgado – alias "El Zurdo"–, asistente administrativo que hace las veces de chaperón, fueron los jueces de este torneo de personalidades. Los resultados fueron unánimes. · La más coqueta: Génesis Francesco. Aseguran que le encanta arreglarse y está pendiente de la moda. · La más llorona: Daymari Brito. Dicen que con frecuencia derrama lagrimones. Ella lo acepta. · La más consentida: María Valero. Ella no está tan de acuerdo, pero el resto asiente en que todos la miman. · La más fajada: Shirley Florián. Hubo vacilaciones, pero la estocada final la dio "El Zurdo" cuando aseguró que era muy entregada. · La más guerrera: Jayce Andrade, capitana de la selección (no aparece en la foto pues está jugando para un club en España). Cuentan que en una oportunidad jugó con un fortísimo dolor en el hombro.









Fuente: Todo en Domingo


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