Mireya Betty Valles de Rodríguez, en 2007 fue nombrada "Patrimonio Cultural del estado Lara" por la Alcaldía de Iribarren,bajo el auspicio del Consejo Nacional de la Cultura (Conac). El cronista de la ciudad, Ramón Querales, la postuló para hacerse acreedora de esta distinción después de verificar, a través de una ardua investigación, que se dedicaba a realizar un excelente trabajo artesanal en su casa: dulces tradicionales y platos típicos.
Coreen Villalobos Mundo
Fotos: Emanuele Sorge
Su nombramiento como Patrimonio Cultural de Lara coincidió, en tiempo, con la inauguración de su ahora famoso restaurante "Tradición".
Desde ese momento, Betty de Rodríguez no sólo se convirtió en una cocinera cotizada sino también en una promotora turística de las inigualables potencialidades culinarias que esta región es capaz de ofrecer.
En principio, ofrecía pocos menús al día y ahora la carta tiene de 13 a 14 menús diferentes.
Su restaurante es un sitio de consulta perenne. Propios y extraños lo frecuentan para degustar los platillos típicos de la entidad, pero también para enterarse de las rutas turísticas que pueden seguir en
el centro de la ciudad. Los turistas más descomplicados reservan un tiempo para hablar con la dueña de este local, quien siempre los recibe con cordialidad y dispuesta a contarle todo lo que necesiten saber sobre Lara.
-¿ Qué se siente ser un personaje referente del Estado Lara?
-Mucha responsabilidad porque eres un ejemplo y esa tarea no es fácil. La gente me pide recetas hasta cuando duermo. Realmente es agotador, pero muy satisfactorio porque experimento una constante
retroalimentación. Debo estar identificada con niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad para poder mostrar la esencia del casco histórico y el estado, desde distintos puntos de vista.
Más allá de los intereses económicos, está el gran compromiso de defender el casco histórico porque mi familia y yo hemos hecho de nuestro restaurante una vitrina abierta todos los días a distintos públicos interesados en saber cómo funciona el centro de nuestra ciudad.
-¿En torno a que temas giran sus conversaciones con los turistas y gente que visita su restaurante?
-Les digo todo lo que pueden contemplar en el casco histórico; es decir, su patrimonio edificado: la Casa Eustoquio Gómez, el Ateneo y el Museo de Barquisimeto, el Archivo Histórico de la ciudad, el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal, el Teatro Juares, el Cuartel Jacinto Lara, el Colegio La Salle, la iglesia Concepción, el Santuario La Paz, las casas refaccionadas de la carrera 17.
Nosotros damos la bienvenida a los clientes, quienes se sientan, comen y vuelven al rato a comerse un dulcito y a seguir preguntando qué pueden mirar o qué rutas deben seguir para disfrutar de la ciudad. Ellos aprenden de nosotros, pero yo aprendo más de ellos.
Inicios de legado
Cuenta Betty de Rodríguez que comenzó a enamorarse del arte de cocinar comida típica venezolana mientras ayudaba a su suegra a preparar platos para eventos.
"Ella cocinaba muy bien y comencé a aprender de ella las técnicas, a trabajar en equipo. Ella me daba recetas y yo investigaba de dónde venían y el origen de las mezclas de los sabores".
Desde un principio, se caracterizaba por ser una cocinera singular por su
acuciosidad.
"Si un cliente me pedía un plato típico del Zulia, yo viajaba a Maracaibo, me metía en las casas de familia donde vendían comida criolla y pedía e intercambiaba información con los dueños, quienes por lo general son los cocineros. Lo mismo ocurría cuando me pedían platos de oriente, Los Andes y Los Llanos. Viajaba a las zonas para investigar y sentir los sabores reales. De esta manera, entendí la esencia de la cocina venezolana", evoca sonriente.
Se cataloga como una "cocinera de paladar" "Pruebo y, a partir de mis investigaciones, empiezo a hacer medidas y entonces llego a crear recetas con mi sello...las personalizo".
Betty de Rodríguez respeta la originalidad de las recetas de antaño porque "el comensal larense conoce su comida y es muy exigente. Sabe lo que está degustando y come con orgullo de ser larense. No deja su gusto por muchas fusiones que vengan y mucha transculturación que haya. No abandona sus caraotas, su carne mechada, ni su chivo, ovejo, ni su tostada caroreña.
Son sabores con los cuales todo larense y foráneo está muy familiarizado".
-¿Cuántas horas dedica a su oficio?
-Muchas. No tenemos horario. A las 5 de la madrugada comienza mi faena. Me
meto en fogones y dirijo un equipo de trabajo conformado por ocho personas. Pero como uno quiere esto y lo siente de corazón, no se cansa. El agotamiento pasa rápido. Este oficio nunca se hace pesado.
-¿ Además de menus del día, prepara banquetes?
-Sí, trabajamos con encargos: 2.000 almuerzos, 1.500 cenas, 3.000 refrigerios...
-¿ Cuales son las especialidades que mas vende?
-Especialidades en chivo, ovejo, cerdo, tostada caroreña, el pabellón a toda hora y hervidos de gallina criolla.
Dulces exquisitos
Betty de Rodríguez es capaz de endulzar el corazón de todo el que se le acerque. En su restaurante, usted podrá conseguir dulces de toronja, lechosa, leche e higo, conservas de leche y coco, polvorosas y
suspiros, entre muchas otras exquisiteces.
Todos son muy deliciosos. ¿Y cómo no serlo? si ha dedicado 37 años de su vida a hacer dulces tradicionales. Apenas había arribado a su mayoría de edad cuando comenzó su pasión por estas
delicateses.
El negocio ha crecido y ahora quien lo desee puede hacerle un pedido grande. "Preparamos de 8 a 12 tipos, dependiendo de la temporada. El que quiera un dulce, se lo hacemos y el que quiera 500 dulces,
igual se los hacemos", dice alegre.
Tiene clientes amantes de sus dulces en Barquisimeto y otros estados.
La Casa Amarilla
Como Betty de Rodríguez no descansa, se ha propuesto ejecutar un proyecto, reflejo de su tesón. Su negocio crecerá aún más. La casa contigua a su restaurante ya es de ella y en diciembre sus puertas serán reabiertas, esta vez al público.
"Inauguraré un salón para 200 personas que se llamará La Casa Amarilla, el cual servirá de centro de convenciones y eventos. Ahora estamos restaurándola, tratando de conservarla tal y como era durante la
época de los años 50's. La idea es que allí se puedan realizar matrimonios, quinceaños, cumpleaños, convenciones, seminarios... cualquier evento", especifica.
Como se conservará lo más original posible, este lugar ofrecerá a las personas que lo visiten la posibilidad de deleitarse con el encanto del casco histórico.
"Seguramente aumentará nuestro trabajo en cocina porque pretendemos preparar banquetes para grandes eventos, pero estamos dispuestos a asumir el reto", agrega Betty.
Bajo su perspectiva
-¿ A donde volvería?
-A todos los estados que he visitado, pero especialmente a Los Andes, donde se ha fortalecido
muchísimo el movimiento turístico y quisiera volver para aprender un poco más de ellos.
-¿Qué le dice a un extranjero de Lara?
-Que la gente es muy cálida y amable...esa es nuestra tarjeta de presentación. Que vengan y no se sugestionen con que es peligroso recorrer nuestras calles. Todas las ciudades del mundo son peligrosas
y eso no debe ser impedimento para conocerlas. El hecho de nacer y enfrentarse a la vida ya es un riesgo. Entonces, ¿por qué privarse de disfrutar de los maravillosos parajes de esta región? Tenemos unas posadas muy buenas en Duaca, Sanare, Cubiro y en Agua Viva que son dignas de visitar.
-¿Cuál es el primer lugar que usted recomendaria visitar en Barquisimeto?
-La Casa Eustoquio Gómez, donde está la sede de la Corporación de Turismo de Barquisimeto (Cortubar) porque es un buen punto de partida. Allí se encuentra toda la información que cualquier turista necesita para recorrer la ciudad.
-¿ Cuál es el lugar del casco urbano mas impactante?
-El Edificio Nacional y su vitral. Es espectacular las 24 horas del día y para nosotros es un orgullo tener el segundo vitral más grande del país aquí.
-Hay quienes opinan que la gente que viaja cuando come se transporta a una época, a un lugar, a un estilo de visa, a un país ¿ Comparte esa idea?
-Claro...quien se come un ajiaco viaja a Colombia. La comida tiene la virtud de ser sensorial, transportadora y de mover sentimientos.
Con un plato, uno es capaz de recordar su niñez, añorar ciertos momentos familiares y hasta de llorar.
Mi madre hacía mucho una Sopa de Tortica y cuando yo la preparo, recuerdo tantas cosas bonitas.
-¿Cúal es su mejor plato?
-Ufff... bastante difícil es esa pregunta! El ovejo al horno y el chivo al tarkarí.
-¿La mejor bebida?
-El jugo de panela con limón.
-¿El mejor postre?
- El quesillo!
Dulce de lechosa
Se prepara con mucha frecuencia para Navidad, pero para los larenses siempre es una exquisitez y pueden ofrecerlo a sus familiares, amigos y visitantes todos los días.
Se cocina lentamente y al estar cristalino se conserva en frascos de vidrio, un dulce de lechosa sirve de
exquisito regalo, de postre, de merienda al atardecer. Sus tajadas cristalinas siempre serán un mágico
encuentro con la dulcería criolla venezolana.
Ingredientes:
-5 kilos de lechosa verde
-2,5 kilos de azúcar blanca
-1 cucharada de bicarbonato
-Clavitos de olor al gusto
-Un poquito de agua
Así se prepara:
Se retira la concha de la lechosa y se corta en tajadas finas, se extienden sobre una bandeja, se espolvorean de bicarbonato y se dejan hasta el día siguiente. También pueden extenderse y dejarse al sol por un día, para que se mantengan firmes, y obviar el bicarbonato.
Se coloca la lechosa en una olla grande, se agrega el azúcar y se coloca un poco de agua (unos 4
dedos de la olla). Se agregan clavitos al gusto y se deja cocinar lentamente hasta que la lechosa se cristalice.
La fruta libera mucho líquido por lo que no hará falta más agua. Deje enfriar, y aún tibio sirva en
frascos de vidrio o un envase grande.
Sabores
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