Cuando el próximo sábado el Festival Internacional de Cine de Venecia se prepare para bajar la santamaría de su 64 edición, un venezolano se apurará para desplazarse por su alfombra roja. A sus 35 años, Daniel Belardinelli ha conseguido estar en la Mostra gracias al largometraje Hermanos de sangre, del director Alexi Tan, film que cierra -fuera de competencia- la Selección Oficial del certamen.
ROBERT ANDRÉS GÓMEZ
EL UNIVERSAL
Belardinelli ha compuesto la banda sonora de esta cinta, que cuenta con el respaldo de John Woo -realizador de Face/Off y Broken Arrow-, quien funge como productor de la misma. Para el venezolano, este es su segundo trabajo para un largometraje y ya prepara los acordes para Don´t let me drown, film que aspira a exhibirse en el Festival de Sundance en enero próximo.
Formado en Venezuela bajo la dirección de Gerry Weill y Adalberto Bracho, Belardinelli estudió composición en la Universidad de Nueva York. Allí entró en contacto con realizadores amateurs que le llevaron al mundo del cine, un mundo que, a su juicio, le ha atrapado.
-¿Cómo llegó al proyecto?
-El director y yo coincidimos en Nueva York. Trabajé con él anteriormente en un proyecto intermedio, que fue lo que le llevó a John Woo. Recibió la llamada que todo el mundo espera para rodar la película de sus sueños, pues él viene a ser como su mentor. En esta historia aborda el tema de la mafia y la violencia que viene a marcar un poco esa influencia. Eso pasó hace poco más de año y medio. Alexi terminó el guión, Woo lo aprobó y comenzó a rodar.
-¿Cómo fue el proceso de trabajo?
-El guión llegó tarde porque estaba escrito en mandarín. No obstante, se apresuraron a traducirlo, pues necesitaban contar con la banda sonora para rodar algunas escenas de la película. Luego el proceso se hizo a distancia. Fue un tanto complicado. Yo estaba en Nueva York y ellos en Hong Kong. Al principio me enviaron un DVD con algunas escenas, pero al final terminamos trabajando vía Internet, escena por escena. Fue un proceso interesante, pero habría sido más fácil si hubiésemos estado en el mismo lugar.
-Grabó con la Orquesta Sinfónica de Moscú.
-Por primera vez trabajé con una gran orquesta. La grabación la hicimos en un solo día en los estudios de cine de Moscú. Trabajé ocho horas con los músicos y conseguimos grabar 25 minutos de la banda sonora. Luego, en mi estudio, grabamos otras piezas con un ensamble de cámara. Pero la grabación con la orquesta fue increíble, al final me dije: "Esto es lo que quiero hacer los próximos 50 años de mi vida".
-¿Cómo definiría el carácter de la banda sonora?
-El soundtrack tiene unas 27 piezas. Unos cinco temas principales, muy clásicos. Cada personaje principal tiene un tema y recuerda al cine de los 30 y 40, con una tendencia muy romántica. Busqué un balance, porque no quería sonar exclusivamente como entonces, pues si no, no estaba aportando mucho.
-El cine cuenta con compositores extraordinarios, ¿a cuáles sigue?
-Si tengo que hablar de influencias, nombraría a Ennio Morricone, pero no porque mi trabajo se parezca al suyo, sino porque Morricone habla de la simpleza en su trabajo. De esa manera logras ser directo y elocuente. Aspiro a eso. Otra influecia sería Johann Sebastian Bach, que tiene esa misma eficiencia de la que hablaba antes. Una música que te genera cientos de emociones y que te hace pensar mucho más allá del punto de partida.
Fuente: Diario El Universal
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